Eve Arnold

Visualiza un objetivo, se enfoca en él, captura todo lo bueno que descubra en ese horizonte, y si  las cosas no se  plasman como se esperaba, se intenta una nueva toma rescatando de lo negativo un aprendizaje revelado. A grandes rasgos, así se opera con una cámara fotográfica. Y a grandes rasgos, así abordamos un segmento de la vida. Precisamos los sueños, nos centramos en ellos, nos invade una rabiosa satisfacción cuando los conquistamos, y si fallamos en el proceso procuramos reeducarnos para tener éxito en la próxima oportunidad. En virtud de todo esto, no supondría una insensatez el concluir que esta franja de la vida se nuclea en términos simbólicos con la fotografía. Los concatenados múltiples estadios psicológicos, morales y físicos por los que transita la persona antes,  durante  y  después  de  consumada o no su  meta,  cual  sea  que  fuere,  hacen  factible la  idea de  emparentar  a  esa  hamaca  en  la que  se  mueve  con  un  montaje  a  gran  escala de imágenes heterogéneas proyectadas cronológicamente...
Las fotos son la consecuencia de una detonación de hechos provocados por una cámara  fotográfica,  gracias  a  la  cual  el fotógrafo convoca y congenia emociones, afectos, necesidades, recuerdos y anhelos, en directa armonía con esa creatividad y sentido vívido de expresividad individual articulados cada  vez  que  acciona. Una  imagen  grabada que se reivindica como huella indeleble de la realidad. Un testimonio ofrendado del momento. Una experiencia regalada por la vida misma. El homenaje rendido a un escenario determinado. Un registro instantáneo que viene para quedarse y refrescar nuestra memoria tantas veces como sea conveniente. Un espejo en el que posa la historia de la humanidad, al tiempo que sirve de herramienta para alertar, prevenir y concientizar  al  hoy  y  el  mañana.  Una  prueba de convergencias culturales, sociales, políticas, sanitarias y económicas, modeladas por la visión particular y subjetiva de cada retratista; en muchos casos obstruida tal prueba por esas mismas convergencias, por las eventuales limitaciones de la cámara o el fotógrafo, o por la inherente valoración de tipo relativa esgrimida sobre lo percibido (lo que es importante para un fotógrafo no necesariamente  lo  es  para  otro). Al arte de  la fotografía se la entiende de igual modo como terapéutica, pues favorece al ejercicio de la memoria, estimula la imaginación, rompe con ese protagonismo unilateral del lenguaje verbal, en la actualidad cada vez más óptico, clarifica el camino para la comprensión de las cosas, a menudo inasequible  sin  una  ilustrativa  ayuda soporte, e interconecta  al  mundo  al grado de generar una especie de indisoluble matrimonio con  su  lógica  del  bombardeo  incesante. 
finales del siglo XIX y comienzos del XX, la fotografía se traducía como uno de los pocos quehaceres  que  se  le  aceptaba  a  la  mujer. Dicha ocupación se reducía a una decente y respetable forma de ganarse la vida, independientemente de la esencia de carácter artística de tal disciplina. Conforme avanzara el último  siglo,  la  industria  las  iría  acogiendo en un número más elevado y ya no como meras asistentes, sino como dueñas de estudios o fotógrafas de prensa, de guerra, de documentales, de figuras reconocidas, y del cosmos urbano. Artistas con plenos poderes. Basta con citar a las estadounidenses Frances Benjamin Johnston, Dorothea Lange, Diane Arbus, Ruth Orkin y Vivian Maier, la francesa Dora Maar, la austriaca Inge Morath, la húngara Kati Horna, o la polaca Germaine Krull. Algunas pioneras como Johnston y Arbus, pero ante todo fotógrafas absorbidas por su don de liderazgo. Una variada y rica lista en la que nobleza obliga no excluir a Eve Arnold. 
"La cosa más difícil en el mundo es tomar lo mundano y tratar de mostrar cuán especial es". Con este apotegma, Eve Arnold vendría a denunciar tal vez la cualidad más sensible de todo buen fotógrafo. Su retratista sesgo hacia los pobres, los niños, los adultos, y los marginados y/o desamparados como propósito catalizador de una de sus mayores inquietudes, escondería en sí mismo el apetito por traspasar con esos telescópicos ojos y su cámara la orilla fronteriza. Instalar lo presumiblemente ordinario como algo diametralmente inverso. Como algo que  retumbe  e  implosione  en  el  inconsciente de  la  gente.  Como  algo  que  con  elocuencia  y atrevimiento violente gentilmente a las cómodas estructuras culturales, estatales, gubernamentales   y   temporales...
Con la deferencia, la paciencia y la confianza como método basal de interacción, la agudeza visual  como  principal  instrumento  ejecutor,  y la  espontánea  profundidad  de  sus  fotos como  resultado disuasorio, esta buscadora  de gestos y observadora de verdades esculpiría así y paralelamente la estampa de personalidades de culto tales como Marilyn Monroe, Indira Ghandi, Malcolm X, Joseph McCarthy, Joan Crawford, Michael Caine, James Cagney, Paul Newman, Marlene Dietrich, Elizabeth Taylor, Richard Burton, el general Eisenhower, Margaret Thatcher, la reina Isabel II, etc. "Si un fotógrafo se preocupa por la gente antes que por los objetivos y la composición, obtiene más. Es el fotógrafo, no la cámara, el instrumento", aseveraría  una  vez  esta  estadounidense.   
Su voluntarismo para con la investigación, por otra parte, la alentaría a penetrar en espacios ignotos, remotos o herméticos, y fotografiar circunstancias que un puñado o incluso nadie había hecho o podido: las discriminaciones hacia los afroamericanos, el influjo negro en Estados Unidos y el surgimiento de los movimientos por los derechos civiles, el tema tabú del nacimiento, eventos del Partido Republicano como por ejemplo las audiencias del senado contra Joseph McCarthy, las realidades sociales foráneas, sus puntos más álgidos  y  distinguidos,  etc.  Para este capítulo, Arnold recorrería un conjunto de territorios a los fines de emitir, entre otras cosas, una radiografía de  la  China  comunista,  el  panorama  de  la mujer islámica en Afganistán, y los funestos fenómenos  prevalecientes  en  Sudáfrica...
Con un legado para la humanidad y las generaciones  porvenir  de  más  de  750  mil fotos en aproximadamente cuarenta años de trayectoria, quien conmoviera por la revulsiva fuerza gravitacional de sus triviales fotos, el retrato de la cruda Sudáfrica y las grabaciones sin iguales de los volubles estados anímicos de Marilyn Monroe, por enmarcar tres incidentes emblemáticos, nos recordaría asimismo que los más efímeros momentos solo los inmortalizan aquellos que están prestando atención y aspiran a que con una imagen se diga más que mil palabras. La biografía de Eve Arnold arranca a continuación...


La Filadelfia del 1900

De familia de clase humilde, su infancia estaría sellada por los avatares económicos 

El 21 de abril de 1912, en Filadelfia, Estados Unidos, nacía Eve Cohen (apellido de soltera). Sería la quinta de diez hijos de inmigrantes ucranianos con raíces judías, el rabino Velvel Sklarski y su mujer Bosya Laschiner, de escasa ductilidad por el idioma inglés, pero ávida al igual  que  el  marido  por  brindarle  a  su  prole una mejor calidad de vida. Desde muy jovencita, Eve evidenciaría una predisposición hacia la curiosidad e independencia, que a su vez la impulsarían a explorar el vecindario, al que juzgaría de extraño y ruinoso, la literatura, y disfrutar de las funciones del cine local en los sábados. Tanto por las películas como por la coyuntura callejera de la Filadelfia de esos años 20, Eve iría asimilando paulatinamente ese contraste imperante entre el universo fantasioso que le ofrecería el cine de Hollywood y las luchas y ahogos soportados por la gente de a pie  y  trabajadora. 
Más tarde, ingresaría a la universidad de medicina  la  cual  cursaría  por  las  noches.  En ese período, un curioso episodio con un novio pronosticaría su destino. Este le regalaría una cámara y la persuadiría para que practicara cómo usarla. Era una Rolleicord de 40 dólares, la versión más barata de la línea alemana Rolleiflex. Una  de  sus  primeras  fotos  se  cree que se la sacaría a un vagabundo en el paseo marítimo de Nueva York. El novio se largaría al par  de  años.   


Nueva York hacia 1940

A contramano de los deseos de sus padres, hacia el amanecer de los años 40 abandonaría los estudios de medicina y se mudaría a Nueva York. A eso de 1946 obtendría un empleo que la acercaría aún más a su vocación: se convertiría en supervisora ​​de Kodak, una planta de acabado fotográfico en la que además de adquirir las técnicas necesarias para procesar películas e imprimir fotografías, cortaría y examinaría imágenes y fiscalizaría a sus colegas masculinos.


A mediados de los años 40, con una cámara Rolleicord y una perspectiva sensible y humanitaria, algo que la caracterizaría a lo largo de todo su rumbo, procedería a fotografiar la ciudad...

En 1948, la estadounidense se casaría con el diseñador industrial Arnold Schmitz (luego Arnold Arnold), con quien concebiría un su hijo Frank. Tal como le inculcara la madre, Eve se consagraría  a  la  vida  en  matrimonio  y  al cuidado de su pequeño varón. Sin embargo, esa dedicación cuasi absoluta para con la familia no  se  prolongaría  demasiado. 

Alexey Brodovitch

Se inscribiría en la New School for Social Research de fotografía. Por seis semanas, recibiría instrucción del renombrado director de arte de la revista Harper's Bazaar, el señor Alexey Brodovitch. Según comentarían sus nietos en una web que montarían para homenajearla, "la clase ridiculizó sus primeras fotos porque eran muy malas". En cierta ocasión, Brodovitch le asignaría a sus estudiantes fotografiar una noticia de moda. Eve Arnold apostaría por un estilo poco convencional, el cual  hallaría  al  advertir  por  su  niñera  que en las iglesias, bares y demás sitios del barrio de Harlem se llevaban a cabo desfiles de moda. Las fotos de unas modelos preparándose para su actuación sorprendería tan gratamente a Brodovitch, que le sugeriría que retornara a Harlem para crear un portafolio. Acto seguido, la revista británica Picture Post compraría y publicaría su trabajo, pero modificando los mensajes  trazados  en  las  fotografías  para que encajaran con una narrativa de tinte racista. Más allá de ello y su malestar, Eve Arnold  perfilaba  así  su  carrera. 
 

Sus fotos a modelos del barrio de Harlem
Arnold ya empezaba a patentar esa pericia para analizar lo social y cultural a través del lente de su cámara...

Agencia Magnum

Hacia  1951,  se  pronunciaría  el  gran  salto para Eve Arnold: el cofundador de la Agencia Magnum, el francés Henri Cartier-Bresson, la invitaría a unirse a esta cooperativa (como miembro asociado) tras complacerse con su ensayo en Harlem impreso por Picture Post. Se ordenaría como la primera mujer en ser parte de  Magnum.


El microclima racial de Estados Unidos hacia los años 50 y 60, los movimientos por los derechos civiles que emergían, y las vicisitudes políticas, figurarían entre los apartados más resonantes encarados por aquel entonces. Por un lado, atacaría las vejaciones toleradas por los migrantes trabajadores afroamericanos en sus viviendas de Long Island, la huida de miles de ellos al norte en aras de una subsistencia más  decorosa ...

Trabajadores migrantes en su aldea de Long Island, Nueva York
Relegados
"Mi dinero es verde, ¿de qué color es el tuyo?"
Este material, franco, convincente, como muchos otros, tendría un profundo valor sociólogo...

El senador Joseph McCarthy en la Convención Nacional Republicana

Por el otro lado, cubriría en el Anfiteatro Internacional de Chicago la Convención Nacional Republicana de 1952 (se elegiría, entre otras cosas, a Dwight Eisenhower para integrar la fórmula a presidente con Richard Nixon como vice); las audiencias del senado por el conflicto entre oficiales del ejército y el senador Joseph McCarthy, para 1954. Estas jornadas se las transmitirían  por  televisión  y  redundarían  en el  desprestigio  de  Joseph  McCarthy,  famoso por sus investigaciones y acusaciones sobre infiltrados soviéticos o simpatizantes del comunismo en el ejército y en la administración pública de la presidencia de Dwight Eisenhower.

Una de las audiencias ejército-McCarthy
Joseph McCarthy

Para 1957 se la promovería en Magnum a miembro de pleno derecho, posición que ostentaría  hasta  su  desaparición.  En  los  años 60,  Arnold   produciría   una   serie   de  retratos a primeras damas estadounidenses: Jackie Kennedy,  Lady  Bird  Johnson  y  Pat  Nixon.

Jackie Kennedy
Pat Nixon.  Detrás, un cuadro de su esposo Richard.

La actriz Marlene Dietrich
La sensual Dietrich luciendo sus piernas

No obstante, se beneficiaría de una notoriedad más  amplia  por  sus  fotos  a  las  celebridades de Hollywood. Refugiada en una atípica obsecuencia, calma, voz suave y lealtad, e incitada por esa habilidad para analizarlas, iría conociéndolas y consolidando progresivamente una mutua credibilidad con varias de ellas. En 1952, se vincularía con la actriz Marlene Dietrich y sus legendarias piernas. Se la contrataría para fotografiar a Joan Crowford en la previa a su película Hojas de otoño de 1956. Según explicaría Arnold, un día Crawford llegaría ebria, la besaría en la boca, la desnudaría y la exigiría ser fotografiada. Eve Arnold objetaría pero finalmente atendería las demandas de la actriz. 

Joan Crawford
 Sobre los desnudos de Crawford, en una entrevista con el periódico londinense The Independent, Arnold declararía no haberse sentido tentada a lanzar ese tipo de fotos, no tanto por la imagen de Crawford, sino por la suya propia. "Tenía en mente una larga carrera". 
Arnold le agradecería a Crawford al permitirle efectuar un reportaje fotográfico de su rutina cotidiana

Una cuota considerable de sus fotos aparecerían en las revistas para las que directa o indirectamente se desenvolvería: Look, Life, Esquire, Harpar's Bazaar, Geo, Stern, Paris-Match y Epoca. 
John Morris, quien fuera editor ejecutivo de Magnum y un ingenioso elemento en el fotoperiodismo de posguerra, definiría a sus obras como "fuera de lo común", acentuando las de Monroe y Malcolm X. 

Malcolm X con dólares en sus manos. Alguna vez, este ministro religioso manifestaría de Arnold: "Miró lo esencial y descartó cualquier otra cosa". La leyenda de este arte ejemplificaba lo que era prestar atención, mirar más allá de lo obvio...
Quizás, una de las fotos más gráficas del activista y orador haya sido contando dólares en un mitin de Washington...

Marylin Monroe

Si bien Arnold sabría construir lazos tan fértiles como loables con un importante racimo de actrices y actores de Hollywood, en algunos casos hasta derivando en amistad, la intensidad de  la  conexión  desarrollada  por  cerca  de una  década  con  la  venus  de  Marilyn  Monroe lo superaría todo. Arnold se focalizaría en exhibir  como  nadie  y  desde diferentes ángulos y contextos, los intrincados ciclos psicológicos (enfado, cansancio, debilidad, tristeza, alegría, depresión, seducción...) por los que surcaría Monroe, objeto de un constante asedio de parte de  los  medios. 

Técnicamente desde 1951 Arnold capturaría a esta actriz, transformada prontamente en amiga como Crawford y otras...

Arnold entraría en la vida de Monroe cuando esta volátil y exhuberante rubia se debatía con una crisis emocional producto de su adicción a todo tipo de medicamentos, de su ajetreada vida privada, y del menoscabo de la prensa a sus dotes como actriz. Con una mujer renuente al principio a ser fotografiada, Eve Arnold diría cierta vez. "Solo mostraré lo que tú desees se muestre". Marylin cedería ante el aura de la sugestión...

Arnold lograría no solo captar y revelar todo el encanto físico de este ícono de la belleza, sino también su vector sentimental...

En el desierto de Nevada para el rodaje de Los inadaptados
En el set de Los inadaptados...

Para el rodaje de la película Los inadaptados de 1961, Arnold acompañaría y fotografiaría a la rubia durante dos meses casi las 24 horas al día. Las fotos que le tomaría en el set de esa filmación significarían las más memorables para un vasto sector. Para 1987, elaboraría un libro fotográfico sobre la sex symbol. Hacia 1993, en Londres y California se desplegaría una subasta dual con las fotos de Arnold extraídas del set de Los inadaptados. En 2005, la Halcyon Gallery de Londres enseñaría una oleada de fotos  nunca  antes  vistas  de  Marilyn Monroe.  

Amigas son las amigas: Arnold y Monroe. Foto implementada para la portada del libro Film Journal, de 2002.
Arnold cumplía al extremo con la premisa de iluminar sus retratos con un estilo sincero e intimista, flacos a la vez de poses y adornos, y contrarios a los que reflejaban los estudios fotográficos
La diosa rubia arreglándose en el baño

Inglaterra, su nueva casa

En 1962, Arnold se marcharía a Inglaterra junto a la familia. Más allá de las excursiones que programaría, viviría el resto de su días en la isla británica.  En  esta  etapa,  se  divorciaría del marido y el hijo le daría tres nietos (Michael, Sarah y David).
Se incorporaría al periódico The Sunday Times de Londres, donde permanecería por diez años, e incursionaría en la fotografía a color. Al margen de esto, la preferencia de Arnold seguiría siendo las fotos en blanco y negro. Alternaría entre el glamour cinematográfico, la reina Isabel II, y las experiencias habituales que se cobraría de la ciudadanía, para las cuales se apoyaría  en  esa  filosa  capacidad  de  atisbar sus formas de interrelación. Esta estratagema también volcaría en esos lejanos lugares en los que iría a aterrizar...

La reina Isabel II
Unos perros londinenses junto a sus amos

Participaría de la exposición The Great British Seaside.  Allí,  y  en  blanco  y  negro,  desvelaría sus fotos de la Beatlemanía, de la ostensible división de clases, de los Hotpants (pantalones cortos),  de  viejos  veteranos  de  guerra,  de Margaret  Thatcher  en  su  campaña  electoral, de la irrupción del multiculturalismo de las ciudades,  etc. 
La primera ministra Margaret Thatcher en la portada del The Sunday Times

En 1983, colgaría sus obras ligadas a la Agencia Magnum en el Museo Tampa de Florida, y para 1989 en el Centro de Arte Reina Sofía, Madrid.

Sus periplos 

Entre los años 60 y los 70, viajaría por encargo a  Rusia,  Afganistán,  China,  a  la  que  acudiría dos veces  para  1979  y  por  un  lapso  de  cinco meses,  y  Sudáfrica.  Se  mostraría  movilizada por fotografiar sus  misteriosos  entornos cívicos-sociales de esas fechas. En la región islámica, el flash alcanzaría ante todo a la mujer  y  sus  condiciones  de  vida...

La mujer en Afganistán
Una escuela islámica de mujeres
Una mujer islámica con su velo

En Moscú, fotografiaría un hospital psiquiátrico, bodas, divorcios, prisiones, picnics, escuelas, escenas callejeras, niños, hombres, mujeres,  etc.
Centro psiquiátrico
Escuela moscovita de los años 60
Un divorcio ruso
En la librería de una prisión rusa
Jóvenes rusas divirtiéndose

Estas vivencias, y fundamentalmente las estrechadas al apartheid sudafricano (sistema de segregación racial), sus miserias, hambruna y mortandad, vulnerarían fuertemente el costado más frágil de la leyenda. Sacudida, en una entrevista para la BBC confesaría: "La pobreza no se puede expresar. Lo que observé me partió el  corazón.  Los  hombres  se  iban,  volvían  una vez  al  año,  y  como  no  había  consciencia  del control de natalidad las esposas quedaban nuevamente embarazadas. Esos hombres mandaban muy poco dinero a casa. Presencié niños sufriendo desnutrición, muriendo en brazos de sus madres. Fue desgarrador. De Sudáfrica regresé a los cuatro meses totalmente   destrozada ". 

Sudáfrica
Mujeres sudafricanas
Un bebé con malnutrición. Eve Arnold reverenciaba a la fotografía como un medio para representar emociones.

China. Esta foto se la fijaría como partada para su vitoreado libro En China.

En lo que respecta a China y el Estado de Mongolia, orientada por su propio itinerario y escoltada por un intérprete, se trasladaría 40 mil millas para capturar a funcionarios comunistas, jinetes mongoles, jornaleros, perforadoras de petróleo,  ancianos,  niños  y  demás... 
Esta ambiciosa y precursora travesía la vertería para 1980 en uno de sus libros fotográficos, En China, y en una exposición itinerante en el Museo de Brooklyn de Nueva York, cuya repercusión para la leyenda concitaría  el  incremento  de  su  reputación. 
Tras  aguardar  diez  años  por  una  visa, Arnold se constituiría en uno de los primeros occidentales  en  conseguir  esta  autorización  y adentrarse en el país asiático, después de que Estados Unidos y China establecieran relaciones diplomáticas.

Entrenamiento de caballos mongoles para la milicia
Niña china
Un obrero adolescente del rubro del petróleo
Una mujer trabajando con hilos
Asalariada en una fábrica

Magnum

Magnum Photos es una agencia y cooperativa fotográfica internacional izada en París para abril de 1947, por los fotógrafos Robert Capa, David Seymour, Henri Cartier-Bresson, George Rodger, William Vandivert, Maria Eisner y Rita Vandivert, a la postre presidente inaugural y jefa de la oficina de Nueva York. Cada uno invertiría 400  dólares  para  levantar  la  agencia.  Amén de su sede parisina, Magnum cuenta con sucursales en las ciudades de Nueva York, Londres y Tokio. La cooperativa sumaría desde su advenimiento a fotoperiodistas de todo el mundo, responsables de reportar muchos de los más destacados acontecimientos del siglo XX. El archivo de esta notable compañía incluye fotografías de la vida familiar, las drogas, la religión, la guerra, la pobreza, el crimen, los gobiernos,  distintas  glorias...

Robert Capa
David Seymour
Henri Cartier-Bresson
George Rodger
William Vandivert
Maria Eisner

Desde los inicios, en Magnum sus miembros dispondrían de cierta autonomía puesto que se acreditarían los derechos de autor de cada faena, seleccionarían los temas a tratar, y editarían y publicarían a su criterio y discreción. Esto diferiría con los diarios y revistas de la época, donde los fotógrafos eran empleados para acatar esos cometidos que se les impartía y sin ejercer algún tipo de mando o autoridad sobre  la  pertinente  remuneración.   


Magnum es propiedad de sus fotógrafos, quienes simultáneamente se desempeñan como accionistas. Sus componentes con pleno derecho son los que votan sobre las propuestas arrojadas en la reunión anual denominada Asamblea General Anual. Cuestiones inherentes al negocio de la cooperativa, a la revisión de posibles nuevos afiliados, y el sufragio para la admisión o no de personas, se discute el último fin  de  semana  de  junio  en  Nueva  York,  París o Londres. A los fotógrafos con estatus de miembros nominados o miembros asociados no se  les  consiente  el  voto.


Miembro nominado, miembro asociado, y miembro  de  pleno  derecho: 
Hay tres categorías en el aparato jerárquico de Magnum. El candidato aprobado a devenirse en un miembro nominado. Una membresía que le concede a este la opción de conocerse con los titulares de la firma pero sin compromisos aplicables de ninguna de las partes. A los dos años de ajustarse a la membresía nominada, se le otorga al fotógrafo la libertad de presentar un portafolio si pretende la membresía asociada. Si su proyecto resulta exitoso, se sujetará a las normas de Magnum, utilizará sus instalaciones, y capitalizará su representación mundial. Un miembro asociado no pertenece a la dirección de  la  empresa  ni  se  lo  habilita  para  votar. Para ascender al nivel de miembro de pleno derecho, a los otros dos años el fotógrafo debe facilitar otro portafolio para que sea evaluado. Una vez escogido miembro de pleno derecho, ese  fotógrafo  se  aúna  a  Magnum  de  por vida o hasta que quiera alejarse. A ningún fotógrafo de Magnum se le ha pedido que se vaya. 


Libros

En su dilatada trayectoria, Eve Arnold dirigiría innumerables exposiciones tanto en Inglaterra como en otros países, y promulgaría una docena de libros fotográficos a los que le adosaría notas escritas a mano, cartas, opiniones, y fichas mecanografiadas. El más venerado, En China. Existen adicionalmente antologías de sus fotografías confeccionadas por  terceros.


  • La mujer intacta (1976).

  • Flashback: Los 50 (1978). 

  • En China (1980). 

  • En América (1983). 

  • La creación de las noches blancas (1985). Arnold era enviada al set de la película Noches blancas, de ese año, para tomar fotografías. Así compilaría este libro.

  • Marilyn Monroe: una apreciación (1987). 


  • Todo en un día de trabajo (una de sus autobiografías, 1989). 


  • Los grandes británicos (1991). 


  • En Retrospect (1995).


  • Film Journal (2002).


  • Manual (2005). 

  • Marilyn Monroe (2005).  


  • La gente de Eve Arnold (2010).

  • Todo sobre Eve (2012).

Fallecimiento

Por años, Eva Arnold se alojaría en Mayfair, una de las áreas más elegantes y caras del mundo, inmersa en el distrito West End de Londres.  En  la  recta  final  de  vida,  a  raíz  de sus problemas de salud, se asentaría en una residencia para ancianos en St George's Square, Pimlico,  Londres. Una vez, la actriz, directora  y ex modelo estadounidense Anjelica Huston le preguntaría si todavía hacía fotografía. Arnold respondería: "Eso se acabó. Ya no puedo sostener una cámara". Completaría afirmando que pasaba buena parte de su tiempo leyendo a los novelistas Fyodor Dostoevsky, Thomas Mann y Leo Tolstoy. Una de sus últimas fotos se la realizaría a uno de los nietos al visitarla en 1994. El 4 de enero de 2012, a la edad de 99 años, sucumbiría en Londres la señora Eve Arnold. El anuncio lo haría Magnum Photos, la cooperativa a la se correspondería por más de medio siglo. 


Premios y reconocimientos

No muchas fotógrafas en el siglo XX cargarían consigo el peso de ciertos honores. Eve Arnold se agruparía en esa élite. He aquí sus galardones  más  relevantes:

  • Premio a la Trayectoria, de la Sociedad Estadounidense de Fotógrafos de Revistas (1980).
  • Premio Nacional del Libro por el trabajo En China (1980).
  • Fotógrafa Maestra, por el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York (1993). Para varios especialistas, el lauro fotográfico  más  valioso  del  mundo.
  • Miembro Honorario de la Sociedad Fotográfica  Real  (1993). 

  • Miembro del Comité Asesor del Museo Nacional de Medios (anteriormente Museo de Fotografía, Cine y Televisión) en Bradford, West Yorkshire, Inglaterra (1997).
  • Doctor Honoris Causa en Ciencias, Universidad de St. Andrews, Escocia (1997).
  • Doctor Honoris Causa en Letras, Universidad  de  Staffordshire, Inglaterra.
  • Oficial Honorario de la Orden del Imperio Británico (OBE) en 2003.
  • Premio a la Trayectoria en los Premios Mundiales  de  Fotografía  de  Sony (2010). 

Datos de color 

  • Eve Arnold: "Mis padres aceptaron lo que hice a regañadientes. Cuando fotografié la historia de los primeros cinco munutos de vida de un bebé para la revista Life, mi madre me dijo: '¿De qué estar orgullosa?' "
  • Fotógrafa oficial en 40 sets de películas.  
  • Eve Arnold: "En la década del 50 la fotografía de moda se concentraba en el trabajo de estudio pero faltaba que se mostrara el background (el trasfondo)". 
  • Arnold era muy consciente del impacto que tenían en el ojo público las celebridades femeninas. Detallaría estas ideas en su libro fotográfico La mujer intacta  de  1976. 
  • Tras convivir con familias de algunos gobernantes árabes, produciría en 1971 el documental Detrás del velo: las mujeres afganas bajo el fundamentalismo. Una descripción de los abusos masivos a los derechos humanos afganos, de género e intolerancia religiosa, acrecentados desde la retirada de las fuerzas soviéticas de dicha nación. Esta cinta se diseñaría cuando prácticamente nadie se internaba en  la  Afganistán  de  los  harenes... 
  • Se la rechazaría como fotógrafa de guerra  en  Vietnam.
  • Fotografiaría al machismo dominante. 
  • "Si puedes conseguir ese resultado con Marlene, ¿te imaginas lo que puedes hacer conmigo?", así le retrucaria en una fiesta hollywoodense de los albores de los años 50 Marilym Monroe a Eve Arnold, al testificar las fotos que esta le había sacado  a  Marlene  Dietrich.
  • Su entusiasmo y empeño la empujarían a colarse entre multitudes para hundirse más en esa foto. Esto implicaría que más de una vez terminara con brotes de quemaduras  por  cigarrillos.   
  • Con un Estados Unidos convulsionado por su lucha racial, la controvertida tanda de  imágenes  que  Arnold  inmortalizaría de  Malcolm  X  y  los  musulmanes  para el año 1961, conllevaría a que la revista Life, su  solicitante,  no  las  compartiera. 
  • La mayoría de esas casi 750 mil fotografías, ocurrirían con luz natural y una  cámara  Pentax  entre  sus  manos.   

  • El primer nacimiento fotografiado sería a su sobrina.


  • La periodista y corresponsal de guerra estadounidense Janine di Giovanni, recopilaría en un libro imágenes inolvidables tejidas por Arnold. No obviaría insertar lo mas sobresaliente de sus anotaciones...


  • Una  de  las  cinco  únicas  mujeres, todas de  la  Agencia  Magnum,  que  hacia  1999 aportaría  su  colección  de  imágenes  en la exposición itinerante de la Galería Nacional de Escocia, llamada Magna  Brava. 


  • En 2015 la Fundación Magnum, una entidad cultural sin ánimo de lucro instituida por Magnum y con sede en Nueva York, promocionaría la biografía ilustrada  de  Eve   Arnold. 

  • Eve Arnold: "La fotografía es la cosa más excitante que he hecho". "He sido pobre y quise documentar la pobreza. Perdí un hijo y estuve obsesionada con el nacimiento. Me interesaba la política y quise saber cómo afectaba nuestras vidas. Soy mujer y quise saber sobre mujeres".