Gustavo Kuerten
A lo largo de la historia del deporte, uno de los ingredientes cualitativos más sensibles, indispensables y que habría de extenderse como denominador común en todas y cada una de las disciplinas, sería la resiliencia. La capacidad individual o colectiva de experimentar una adaptación positiva ante circunstancias traumáticas y/o adversas. Un proceso dinámico que tiene por objetivo lograr una armoniosa convivencia con las múltiples frustraciones y derrotas de la vida diaria. El dalái lama, el jefe espiritual del budismo tibetano, diría alguna vez: "El que no entiende la adversidad como algo natural, tiende a buscar culpables". Solo aquellos con una fortuna en términos de éxito, cultivarían y solidificarían el sentido de la resiliencia.
Gustavo Kuerten amasaría tal fortuna. De allí que se erigiera en el mejor tenista del mundo entre 2000 y 2001, en uno de los tres más grandes de la historia latinoamericana junto a Marcelo Ríos y Guillermo Vilas, y en el principal de su Brasil. Pero para que esto se propiciara, antes, mucho antes, debería domesticar esa condición hacia el equilibrio y la fortaleza emocional. De esa manera, forjaría el carácter, allanaría el presente, profetizaría el mañana...
Su hermano menor Guilherme padecería en el parto microcefalia y parálisis cerebral, patologías que lo limitarían para comunicarse y desplazarse, y por la que los médicos no pronosticarían más de década y media de vida. A causa de ello, que requiriera cuidados en todo momento. Surgía así el primer desafío del pequeño Guga: aprender a manejar los pensamientos y sensaciones; puntos que con el porvenir volcaría sabiamente en su tenis. No mucho después aterrizaría el segundo desafío. A los 8 años, su padre Aldo, un deportista aficionado que le inculcaría a eso de los 6 el gusto por la raqueta junto a su esposa Alice e hijo mayor Rafael, fallecía en la pista de tenis arbitrando un encuentro entre juveniles en Curitiba. Llenado de un enorme vacío, combatiría esa cruda realidad recostándose en las lecciones de tenis, y en otros placeres que poco a poco lo acosarían: el fútbol, el surf y la guitarra. No obstante, el destino le obsequiaría dos secuencias escabrosas más. Un accidente automovilístico con la madre y hermanos que podría haberlos matado; y su caída surfeando por un arrastrero.
A la luz de los acontecimientos, Guga se reinventaría a sí mismo para no dejarse vencer por la confusión ni el dolor. Hechizado por el más intenso de los influjos, el tenis, y sostenido por un férreo hábito de conducta, formaría sociedad con sus cicatrices, plasmando así una promisoria carrera. Ya lo explicaría muy bien un ganador del tenis y de la vida al referirse al campeón, no como el más idóneo, sino como aquel que resuelve problemas en el court que a la postre te permiten hacerte con el partido. Ese ganador, ese bombero de los problemas, se llamaría Gustavo Kuerten. Un número 1, primero que nada y antes que todo, por recubrir ese venenoso servicio y ofensivo golpe de revés, con su máscara de la resiliencia. Su historia arranca a continuación...
El 10 de septiembre de 1976 nacía en Florianópolis, capital del estado sureño de Santa Catarina, Brasil, Gustavo Kuerten. Desde su niñez, los padres le contagiarían el amor por el tenis. Rafael significaría otro aporte para ello.Un espejo en el que reflejarse y del que fantasearía con superar. Actividad que ejecutaba, actividad que Guga imitaba. Una de las varias, el tenis lógicamente. Auspiciado por Rafael, también probaría suerte en el ping-pong. Mientras surcaba una etapa que zigzagueaba entre el drama irreversible por la salud de Guilherme y las aventuras deportivas, en 1985 Gustavo recibiría la noticia de la muerte del padre, de un infarto, al llegar con Rafael de un torneo en el club. Sumidos en la conmoción, Alice cerraría la cerrajería y vendería las maquinarias, siendo esto y un empleo que tenía la entrada económica por un buen rato. Guga anestesiaría esa angustia por la partida del padre realizando lo que más lo estremecía: deporte. El Club Astel sería otro club donde se internaría por horas y horas...
En plena adolescencia, ávido de perfeccionarse, proyectaría viajes por Europa y Sudamérica para enfrentarse con varios jugadores de peso y en muchos casos de más edad... Hacia 1994, una alerta de lo que sobrevendría a los meses: conseguiría títulos en Portugal, Colombia, y el Roland Garros en la modalidad dobles con el ecuatoriano Nicolás Lapentti, otro junior de su generación. Finalizaba un ciclo tallado e influido por esa cadena de estímulos intrafamiliares, cuya dimensión apenas se vislumbraba...
Profesionalismo
Para noviembre, el tenista abrazaría su primer ATP Challenger Tour: derrotaría en el polvo de ladrillo de Campinas y por 7-6 y 6-3, a su verdugo de mayo, el español Galo Blanco.
Tal como afirmaría más tarde, no se daría un año más fabulosamente extraño que 1997. En mayo, se coronaría en el polvo de ladrillo de Curitiba al derribar al rumano Razvan Sabau por 3-6, 6-4 y 6-3. Otro Challenger más en su patria. Encendido por su ascendente performance y actualidad, patrocinadores de fuste dirigirían de inmediato y con clarividencia su mirada en él. Diadora y Banco do Brasil, se verían atraídos por quien en Roland Garros les agradecería con creces.
El 8 de junio de 1997, con apenas 20 años, conquistaría el tercer Grand Slam más longevo: aplastaría por 6-3, 6-4 y 6-2 al dos veces emperador de Francia, el español Sergi Bruguera.
A los días, arremetería hasta la final en el ATP de Bolonia (polvo de ladrillo): lo frenaría el español Félix Mantilla por 6-4, 2-6 y 1-6; no así en dobles con el brasileño Fernando Meligeni y frente a los americanos Dave Randall y Jack Waite.
Con una vara claramente elevada, encararía 1998 con la misión de revalidar ese protagonismo exhibido doce meses antes. En mayo, treparía a las semifinales en el Masters de Roma: se lo cargaría el chileno Marcelo Ríos, próximo campeón. Por otro lado, se despediría prematuramente de los cuatro Grand Slams -segunda ronda de Australia, Francia y Estados Unidos; primera ronda de Inglaterra-. Entre julio y octubre, el brasilero se desquitaría con sus primeros ATP 250, los del polvo de ladrillo de Stuttgart y Mallorca más precisamente. El balance de ese 1998, discreto.
En marzo de 1999, se filtraría en las semifinales del Masters de Indian Wells. El español Carlos Moyá lo arrollaría por 6-3, 1-6 y 6-1. El 4 de abril, en Lérida y por los octavos de final de la Copa Davis, la Verdeamarela tumbaría 3-2 a la España de Carlos Moyá y Albert Costa. Sustentada en la calidad y magnetismo de su as, se desquitaba del 2-3 de 1998 en Porto Alegre. En cuartos de final, Francia la vencería por 3-2 -16 al 18 de julio-. El 25 de ese abril, antesala a Roland Garros, Kuerten se granjearía su primer Masters 1000 por el abandono de Marcelo Ríos: sería el de Montecarlo, sobre superficie de polvo de ladrillo.
En mayo atraparía su segundo Masters Series. Se daría en el polvo de ladrillo de Roma luego de borrar a casi la totalidad de sus seis oponentes. En tercera ronda, 7-5 y 6-1 al uno de esa oportunidad, el ruso Yevgueni Káfelnikov. En semifinales, 6-4 y 6-2 al tres, el español Álex Corretja. En la final, 6-4, 7-5 y 7-6 al australiano Patrick Rafter.
Hacia el ocaso de mayo Kuerten se depositaría en los cuartos de final en Roland Garros. El ucraniano Andrei Medvedev lo relegaría del cuadro en tres sets: 7-5, 6-4 y 6-4. En junio, Wimbledom: en otra estimable actuación, lo eliminaría en cuartos de final y por 6-3, 6-4 y 6-4 el estadounidense Andre Agassi. Para septiembre, una fotocopia de lo acaecido en Francia e Inglaterra: el quinto cabeza de serie perdía en los cuartos de final del Abierto de los Estados Unidos, y por 6-4, 6-7, 6-7 y 6-7, ante el francés Cédric Pioline.
En noviembre jugaría la Copa de Maestros en el cemento de Hannover. Por el grupo rojo, lo someterían los norteamericanos Andre Agassi -6-4 y 7-5- y Pete Sampras -6-2 y 6-3-. Entre uno y otro, se desprendería de Nicolás Lapentti por 6-1 y 6-2. Aun afuera del certamen, completaría ese 1999 en el top 10 de la ATP.
En marzo de 2000, el brasilero se apoderaría del Torneo de Santiago en las categorías de singles y dobles. Por un lado minimizaría al argentino Mariano Puerta con su 7-6 y 6-3. Por el otro, y en tándem con el coterráneo Antônio Prieto, a los sudafricanos Lan Bale y Piet Norval por 6-2 y 6-4. En abril sería finalista en el cemento de Miami. Pete Sampras le negaría el Masters con un laborioso 6-1, 6-7, 7-6 y 7-6.
El 14 de mayo, Guga reeditaría lo de Miami pero ahora en Roma. El sueco Magnus Norman sería el encargado de fastidiarlo con un 6-3, 4-6 y 6-4. Para su dicha, el 22 de mayo volvería a alzar los brazos. En la arcilla del Masters de Hamburgo ganaría una maratónica final con el ruso Marat Safin: 6-4, 5-7, 6-4, 5-7 y 7-6.
Kuerten-Safin
Su periplo en la arcilla parisina arrancaría con un sencillo 6-0, 6-0 y 6-3 ante el sueco Andreas Vinciguerra. En segunda ronda, soplaría por 7-6, 6-2 y 6-2 al argentino Marcelo Charpentier. En tercera ronda, el estadounidense Michael Chang le manotearía un set: 6-3, 6-7, 6-1 y 6-4. En cuarta ronda, no tendría sobresaltos con su 6-3, 6-4 y 7-6 ante Nicolás Lapentti. En cuartos de final despacharía a Yevgueni Káfelnikov por 6-3, 3-6, 4-6, 6-4 y 6-2. En semifinales, al español Juan Carlos Ferrero por 7-5, 4-6, 2-6, 6-4 y 6-3. En la final, a quien lo había castigado en Roma: a Magnus Norman, tercer cabeza de serie, y por 6-2, 6-3, 2-6 y 7-6 en 3 horas y 43 minutos.
Para agosto, en el cemento de Indianápolis cazaría otro ATP 250, el cuarto de este tipo (Stuttgart, Mallorca, Santiago e Indianápolis). El preclasificado 1º zanjaría su ajetreado pleito ante Marat Safin con un 3-6, 7-6 y 7-6. Hacia septiembre, en el cemento de Sídney, Guga intervendría en un Juego Olímpico. Atravesadas las tres primeras fases con relativa facilidad, por los cuartos de final, al oriundo de Florianópolis lo sorprendería Yevgueni Káfelnikov con un 6-4 y 7-5.
Sus victorias previas: contra el beniano Christophe Pognon (6-1 y 6-1), el alemán Rainer Schüttler (6-4 y 6-4), y el croata Ivan Ljubičić (7-6 y 6-3-).
De febrero a diciembre se desarrollaría la 89º edición de la Copa Davis. Con un Kuerten decisivo para el singles y el dobles ante Francia (4-1), como así en los cuartos de final con Eslovaquia (3-2), los sudamericanos igualarían de esta manera su mejor marca. En semifinales, jugada del 14 al 16 de julio en la hierba de Brisbane, la rabiosa Australia de Patrick Rafter y Lleyton Hewitt los sopapearía por 5 a 0.
En agosto, Kuerten alcanzaría las semifinales del Masters de Cincinnati: perdería con el inglés Tim Henman en tres sets. El 18 noviembre, el australiano Mark Philippoussis lo vencería 7-6, 7-6 en las semifinales del Masters de París; torneo previo a la Copa de Maestros y jugado sobre moqueta.
Ya por la Copa de Maestros en Lisboa, tras perder en el primer compromiso y ganar en el segundo, ambos por el grupo verde, Guga no fallaría en arrojar sus credenciales en el tercer y determinante reto, el del todo o nada en este caso ante Yevgueni Káfelnikov. En semifinales aparecería Pete Sampras. Con un 6-7, 6-3 y 6-4, Kuerten expulsaría al amo y señor del tenis de los pasados seis años. El 3 de diciembre jugaría la final con Andre Agassi. Con un triple 6-4, el brasilero se transformaría en maestro de los maestros...
Con la temprana eliminación en enero de 2001 del Abierto de Australia -segunda ronda con el inglés Greg Rusedski-, se lo rebasaría de la cumbre. Hacia el 25 de febrero, en la arcilla del ATP 250 de Buenos Aires recuperaría el liderato.
Días antes, es decir del 9 al 11 de febrero, en la arcilla de Río de Janeiro y tripulado por su comodín, Brasil barrería 4 a 1 a la débil Marruecos por los octavos de final de la Copa Davis. En los cuartos de final disputados para abril, otra vez Australia apagaría la ilusión brasilera; esta vez por 3 a 1 y en la arcilla de Florianópolis. En marzo, Guga se adjudicaría un ATP 500, en este caso el Abierto Mexicano, al vencer a Galo Blanco por 6-4 y 6-2.
En abril, trasladaría su supremacía al Masters de Montecarlo. Pese a ciertos contratiempos sufridos en primera ronda con el marroquí Younes El Aynaoui y en cuartos de final con el holandés Sjeng Schalken, Gustavo Kuerten no tendría inconvenientes para irrumpir en otra final. Allí se mediría con un tapado; el marroquí Hicham Arazi. Casi sin exigirse, ganaría el bicampeonato en el Principado de Mónaco.
En mayo, y como en 1999 y 2000, regresaría a la final en el Masters de Roma. Con la excepción de la primera ronda ante Ivan Ljubičić, Kuerten transitaría sus juegos cual entrenamiento. En la final, no obstante, el valenciano Juan Carlos Ferrero se quedaría con el trofeo al superarlo en un oscilante e incierto partido por 3-6, 6-1, 2-6, 6-4 y 6-2.
El 10 de junio de ese 2001, Kuerten se haría con el tricampeonato de Roland Garros al vencer en la final al ex dos del mundo, Álex Corretja, por un 6-7, 7-5, 6-2 y 6-0.
Como en 1997, para julio de 2001 se apropiaría del Torneo de Stuttgart. Salvado en cuartos de final y semifinales del entusiasmo de Nicolás Lapentti y el checo Jiří Novák, respectivamente, en la final rompería con la táctica defensiva del argentino Guillermo Cañas al derrotarlo por 6-3, 6-2 y 6-4.
El 12 de agosto, incorporaría a su surtido y rico currículum el Masters de Cincinnati. Como en otros juegos, Guga arribaría hasta la final dejando atrás duros enfrentamientos. En segunda ronda, recién en tie-break doblegaría al alemán Tommy Haas (7-6 y 7-6). En cuartos de final, y sin sobrarle nada, esquivaría con un 6-4, 3-6 y 6-4 a Yevgueni Káfelnikov. En semifinales, con un 6-2, 1-6 y 7-6 a Tim Henman. En la definición, y con apenas 20 minutos de descanso post choque con Henman, un Kuerten abrumador le propinaría una fea paliza a Patrick Rafter: 6-1 y 6-3 en tan solo un racimo de minutos.
El 15 de agosto, contra el israelí Noam Okun y por la segunda ronda, Kuerten se lanzaría a la custodia de su reinado en Indianápolis. Más allá de obtener el pase a la final frente Patrick Rafter, en Indianápolis y en particular con este autraliano, se verían las incipientes señales de lo que desde el 2002 fajaría implacablemente al brasileño: las lesiones. Con la ecuación 4-2 para Rafter, Guga se retiraría a raíz de un percance en el brazo y el costado derecho.
El 27 de agosto la leyenda se presentaría en el Abierto de los Estados Unidos. Ausente de Wimbledon, el combustible le bastaría hasta los cuartos de final. El ex uno del mundo, Yevgueni Káfelnikov, lo vencería por 6-4, 6-0 y 6-3.
Hacia el 11 de noviembre, en la moqueta de Sídney se celebraría una nueva edición de la Copa de Maestros. Inconexo y errático, Guga perdería sin atenuantes cada uno de sus tres partidos correspondientes al grupo Rosewall: 2-6, 7-6 y 4-6 ante Goran Ivanišević; 6-7 y 2-6 ante Juan Carlos Ferrero; 2-6, 6-4 y 3-6 ante Yevgueni Káfelnikov.
Las lesiones, su ruina...
Hacia el 2002, a Kuerten lo atacarían un conjunto de lesiones en la cadera y la espalda que lo consumirían cruel y progresivamente. Fundamentadas tales lesiones tanto en los excitantes y agotadores entrenamientos como así en los torneos y su mezquina pausa, provocarían ese karma por el que primero se aislaría unos meses y luego, forzado, acudiría a la cirugía. Tras el fiasco en el Abierto australiano, vagaría por la tierra batida, su extinta hábitat de confort. Con una incidencia tenística que en simultáneo se resquebrajaba, en junio y por la cuarta ronda de Roland Garros, Albert Costa acabaría con Gustavo Kuerten, séptimo preclasificado, por 6-4, 7-5 y 6-4.
Privado nuevamente de jugar Wimbledon, para el despertar de septiembre, Abierto de los Estados Unidos, Sjeng Schalken lo eliminaría en la cuarta ronda y por 6-3, 7-6, 6-7 y 7-6. El 15 de ese mes, una caricia entre tanta desolación: ganaba el ATP 250 en el cemento de Costa Do Sauipe.
En octubre, se acercaría una vez más a una final de ATP 250. En este caso, sin desenlace feliz. En la moqueta de Lyon, el local Paul-Henri Mathieu prevalecería por 4-6, 6-3 y 6-1.
Las expectativas por reposicionarse en planas más sugerentes reflotarían casi a mediados de enero de 2003. La toma del ATP 250 de Auckland en detrimento de Dominik Hrbatý, así lo advertiría. De cara al Grand Slam australiano, Guga se colaría entre los 32 cabezas de serie acentuando con ello tales expectativas. A pesar de eso, el checo Radek Štěpánek procuraría aplacar esa atmósfera al derrotarlo en segunda ronda y por 5-7, 6-3, 7-5, 4-6 y 6-3.
En febrero de ese 2003, por los octavos de final de la Copa Davis, la selección sueca terminaría con la Brasil de Kuerten: 3-2 en la moqueta de Helsingborg, con Guga ganando los dos puntos; uno en singles y el otro en dobles.
Para marzo, demostraría con el subcampeonato en el Masters de Indian Wells que su película en el tenis todavía tenía argumento que enseñar. Si bien Lleyton Hewitt lo destrozaría en la final por 6-1 y 6-1, la producciones con Goran Ivanišević, triunfador de Wimbledon en 2001, con el emergente suizo Roger Federer, y con el finalista de Australia 2003, Rainer Schüttler, ratificarían esta creencia compartida por la mismísima leyenda y el estamento tenis...
El australiano lo demolería por un doble 6-1
En febrero de 2004, ámbito de la gira latinoamericana por canchas lentas, accedería a la final del ATP 250 de Viña del Mar: el chileno Fernando González lo doblegaría por 7-5 y 6-4. Apenas días más tarde, Guga ganaría su último título. En la arcilla de Costa Do Sauipe, que modificaría su plataforma, derrotaría en la final a Agustín Calleri por 3-6, 6-2 y 6-3.
Incluso lastrado por las lesiones y operaciones, en mayo se daría el lujo de deglutirse por la tercera ronda de Roland Garros y con un triple 6-4, al uno del mundo, Roger Federer. En cuarta ronda escaparía del español Feliciano López gracias a su 6-3, 7-5 y 6-4, lo que supondría el retorno de Guga a los cuartos de final de un Grand Slam a exactamente dos años de su anterior experiencia (la del tricampeonato). Para esta instancia, el 30° en el ranking de la ATP se quedaría sin oxígeno. El argentino David Nalbandian lo vencería por 6-2, 3-6, 6-4 y 7-6. En función de su frágil condición física y falta de regularidad, aprobaba la travesía por Francia...
En agosto de ese 2004, Kuerten competiría en sus segundos Juegos Olímpicos, los de Atenas. El chileno Nicolás Massú, posterior medallista de oro, lo excluiría en primera ronda por 6-3, 5-7 y 6-4. El remanente de ese 2004 lo finiquitaría en el más absoluto ostracismo. Wimbledon y otros torneos de relevancia los observaría por televisión. En el Abierto de los Estados Unidos, el ignoto Kristian Pless lo haría a un lado en primera ronda. En diciembre se le efectuaría una artroscopia a su maltrecha cadera.
De 2005 a 2007, a consecuencia de esa cruz acarreada en el cuerpo, la cual la leyenda no erradicaría ni con el cuchillo ni con los diversos tratamientos, solo se desempeñaría en dos de los cuatro Grand Slam y en cinco de los nueve Masters Series. En todos, se lo eliminaría en primera y segunda ronda. Su apuesta con la selección y en el Masters de Madrid de octubre, en ambos casos en la modalidad de dobles, sellarían su triste 2007.
Hacia noviembre de ese 2007, su hermano Guilherme, el tutor de sus premios, desaparecía producto de una insuficiencia respiratoria. Se lo enterraría en el cementerio Jardim da Paz de Florianópolis.
Para mayo de 2008, con la materialización de su derrota, y sin resistencia, ante Paul-Henri Mathieu por la primera ronda de Roland Garros, Gustavo Kuerten decretaría su retiro del tenis.
Núcleo íntimo y patrimonio
Para noviembre de 2010, cumpleaños de Guilherme, Gustavo contraería casamiento con Mariana Soncini. La boda sería una ceremonia modesta a la que asistirían exclusivamente los del círculo familiar. En 2012 y 2013, darían a luz a Maria Augusta y Luiz Felipe.
En lo concerniente a los ingresos que recaudaría durante su período activo (1995/2008), estos rondarían en los 15 millones de dólares. Su atuendo estaría ligado a Diadora y por las marcas sustitutas: Olympikus y Head. En 2012 firmaría contratos con la casa de indumentaria francesa Lacoste y la automotriz Peugeot. Adicionalmente, dispone de su propia marca de ropa y anteojos llamada Guga Kuerten. En noviembre de 2016, se lo forzaría a abonar 2 millones de dólares por comprobarse su implicancia en una evasión impositiva relacionada a las utilidades percibidas por los derechos de autor e imagen entre 1995 y 2002. En 2014 se comercializaría Guga, um brasileiro, su libro autobiográfico.
Filantropía, curiosidades y el hoy ...
En 2000, sugestionado por la historia de su consanguíneo, Gustavo Kuerten levantaría el Instituto Guga Kuerten, una entidad civil sin propósito de lucro que brinda atención a los niños y personas con discapacidad. Su presidente, Alice Kuerten.
Por los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, el Ministerio de Deportes de Brasil acordaría con la academia de tenis Gustavo Kuerten la implementación de un complejo de alto rendimiento.
Datos de color
- Uno de los cuatro ganadores de Roland Garros fuera de los cabezas de serie. Marcel Bernard (1946), Mats Wilander (1982), Gustavo Kuerten (1997) y Gastón Gaudio (2004).
- Mark Edmondson (212°) y Goran Ivanišević (125°) son los únicos en la historia del tenis que ganarían un Grand Slam por detrás del escalón 66° de Kuerten (Roland Garros 1997).
- Con su acceso a los cuartos de final de Wimbledon (1999), Kuerten igualaría el récord del compatriota Thomaz Koch de 1968
- Primer sudamericano de la historia en finiquitar una temporada (2000) como el uno de la ATP.
- En 2000, Gustavo Kuerten rompería una tendencia de ocho años con estadounidenses en la cima del ranking.
- Único jugador de la historia con un Challenger y Grand Slam en semanas consecutivas (1997).
- Líder del ranking brasileño por más de nueve años (noviembre 1996/febrero 2005).
- Sería uno de los primeros en su tiempo en adoptar cordajes de poliéster, lo que le permitiría balancearse y crear el efecto liftado necesario para controlar la pelota.
- En respuesta a su aflicciones, hacia el 2014 señalaría: "No puedo correr. No sé lo que es vivir sin dolor hace 14 años. No me quejo, estoy vivo".
- En más de una ocasión elegiría a esa figura contemporánea a la que le hubiera gustado enfrentar si aún jugara: "Rafa Nadal, sin dudarlo. Es además el que más se asemeja a lo que hacía yo...".
Distinciones y homenajes
- En 1998, 2002 y 2004, se haría con el Prix Orange Roland Garros a la deportividad, por las asociación de periodistas de tenis.
- En 1999 se le ofrendaría el Prêmio Brasil Olímpico, la más digna valoración para un deportista nativo. En 1999, 2000 y 2001, el Atleta del Año.
- En 2003, el ATP Arthur Ashe Humanitario.
- En 2010, el más calificado galardón de la ITF -Federación Internacional del Tenis: el Premio Philippe Chatrier.
- En 2010, el Mercosur Konex de Argentina por ser el mejor tenista de Sudamérica en esa década.
- En 2011, el Jean Borotra Sportsmanship Award del International Club.
- En 2012, se lo incluiría en el Salón de la Fama del Tenis Internacional. Desde 2016 es el embajador mundial en representación de esta organización.
- En 2016, la cancha central del Río Open se la bautizaría Guga Kuerten.
- En 2016, portaría la antorcha olímpica al Estadio Maracaná en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.