Luciana Aymar
El arte o la ciencia oculta que pretende producir, valiéndose de actos de cualidades sobrenaturales, resultados contrarios a las leyes ordinarias, es lo que se consigna en las enciclopedias en referencia al término magia. ¿Por qué se introduce esta acepción? Porque los libros a ella la consienten como toda una prestidigitadora. Como alguien que hichazaría a propios y extraños, desde compañeras hasta rivales y espectadores, a partir del ilusionista despliegue de sus actuaciones. Auspiciada por su agilidad de piernas, su destreza de manos, su perspicacia mental, y la concomitante varita mágica, su stick, haría posible lo que las normas de la física suponían imposible: no permitirse que la vean llegar... Sin dudas, la lanzadora de un encantamiento que violaría las fuerzas del comportamiento natural. Luciana Paula Aymar, una fenómeno, una ilusionista, la única y auténtica maga que habría de dar la historia del hockey sobre césped.
Nacería un 10 de agosto de 1977 en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. A los 7 años, comenzaría con la práctica del hockey. Recibiría las instrucciones inaugurales en el Club Atlético Fisherton de Rosario. A los 13, se marcharía al Jockey Club. En 1998, el esperado debut profesional. El Rot Weiss Köln de Alemania, con el que se consagraría en el torneo doméstico de esa temporada. En 1999, se reinstalaría en Europa, más precisamente en España. El Real Club de Polo de Barcelona se serviría de su talento. Allí conquistaría la Liga y la Copa de la Reina.
No obstante, Luciana regresaría al país para desempeñarse hasta 2007 en Quilmes, donde lograría un año antes el subcampeonato del Metropolitano. Ya en 2008, abordaría un nuevo y definitivo desafío a nivel clubes: Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires -GEBA-. Conseguiría cuatro títulos. El Metropolitano de 2008 y 2009, y la Liga Nacional de los mismos períodos. En mayo de 2011, notificaría el abandono de la institución y la intención de abocarse exclusivamente a la preparación, junto a Las Leonas, de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Las Leonas
El telón con la selección se abriría en 1998. A partir de entonces, amén de los títulos que abrazarían Las Leonas casi que de allí en más, lenta pero inexorablemente Luciana Aymar iría delineando su propio y fastuoso espectáculo artístico. Disputaría un total de 376 partidos y anotaría 162 goles. En un lapso de dieciséis años, la volante se quedaría con 22 medallas. Dos de oro en 2002 y 2010 en las Copas del Mundo de Perth, Australia, y Rosario, Argentina. Dos de bronce en 2006 y 2014 en Madrid, España, y La Haya, Holanda. Tres de oro en los Juegos Panamericanos de Canadá 1999, República Dominicana 2003 y Brasil 2007. Una de plata en México 2011. Diez en el Champions Trophy, seis de oro -2001, 2008, 2009, 2010, 2012, 2014-, tres de plata -2002, 2007, 2011-, y una de bronce -2004-.
En los Juegos Olímpicos de 2012, igualaría la marca que poseía el yachtista Carlos Espínola. Se constituía con este atleta en la receptora de mayor cantidad de galardones para el currículum nacional: plata en Sidney 2000 y Londres 2012, y bronce en Atenas 2004 y Pekín 2008.
Gloria mundialista y datos de color
En el marco de lo que habría de ordenarse como su bautismo en este tipo de citas, la Argentina de Aymar se adjudicaría para el 2002 en Perth, Australia, el primer título de su historia. En la fase de grupos sometería a: Nueva Zelanda (1-0), Ucrania (5-1), Alemania (1-0), China (2-0), Escocia (5-0), Corea del Sur (2-1), Rusia (1-0). En semifinales eliminaría al local (1-0). En la final, la Albiceleste sudaría más de la cuenta para aventajar por penales a Holanda (4-3) luego de concluir 1 a 1. La maga, mejor jugadora.
Para 2010, Las Leonas se apoderarían del segundo lauro. Con sede en Rosario, vencerían a: Sudáfrica (5-2), Corea del Sur (1-0), España (4-0), China (2-0), Inglaterra (2-0). Por las semifinales, dejarían a un margen a Alemania (3-1). En la llave más ansiada, a Holanda (3-1), el devenido en clásico para esta generación. A la leyenda se la votaría mejor jugadora.
En las ediciones 2001, 2008, 2010, 2012 y 2014 del Champions Trophy, es decir en cinco de las seis que atraparía esta camada, la rosarina se cargaría con los honores a la mejor jugadora. La albiceleste doblegaría en las finales a Holanda (2001-2010), Alemania (2008), Reino Unido (2012) y Australia (2014). En las del 2003 (semifinalista), 2004 (bronce) y 2005 ( semifinalista), se repetiría la valoración de los jueces para con Aymar.
Su incuestionable maestría llevaría a juzgársela la uno del planeta en ocho oportunidades -2001, 2004, 2005, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2013-, cuatro de ellas de forma consecutiva. Ambos hitos siguen siendo récords en la disciplina. Por tales distinciones, la Federación Internacional la elevaría a Leyenda del Hockey en 2008.
El 7 de diciembre del 2014, a la edad de 37, se retiraría tras ganar el Champions Trophy de Mendoza. Dicho resultado -ante Australia en la final-, la transformaría en la jugadora con más preseas dentro de esta clase de competencias.
Ámbito familiar
En pareja desde 2017 con el ex tenista chileno Fernando González, el 31 de diciembre de 2019 daría a luz a Félix, su primogénito. Sin embargo, nada fácil le significaría alcanzar el embarazo. Así lo expondría en diálogo con la prensa: "Pasé por varios momentos de tristeza. Para la mujer es muy duro porque pone el cuerpo. En el medio te angustias más porque no se da. Aunque tengas la contención de tu marido y familia, es una la que atraviesa esta situación. Buscar un hijo fue más difícil que mis veinte años de carrera. Lo más importante, nunca perder la esperanza. A pesar de que una no de más, no hay que dejar de creer". Un último truco, para una pieza mágica.
Emprendimientos y más reconocimientos
Las vivencias ensayadas por Luciana Aymar durante toda la trayectoria, unidas desde ya a su calidad humana, serían esos vectores gracias a los cuales levantaría puentes para así explorar otras esferas. Por caso, la de los negocios, el modelaje y el marketing. Firmaría contratos millonarios con varias marcas mundialmente conocidas. Rexona, ICBC, Gatorade, Midea, Nike, entre otras, darían prueba cabal de ello. A la hora de cerrar acuerdos con los sponsors, la atleta manifestaría: ''Se trata de transmitir los mismos valores para que le sirva a las dos partes construir una imagen''.
En 2014, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la homenajearía con una escultura en el Paseo de la Gloria de Costanera Sur; área en la que se rinde tributo a las principales estrellas nativas. En abril de 2016, se estrenaría su documental: Lucha, jugando con lo imposible.