Gabriela Sabatini

Sería la sanadora de una disciplina sometida por la parálisis y el escepticismo, al promover con su desfibrilador, la raqueta, una suerte de resucitación deseada por casi veinticinco años. A base de victorias y títulos en tierras de ambos hemisferios, iría atendiendo heridas, atenuando profundas frustraciones, hasta motivar un 8 de septiembre de 1990 esa ansiada reanimación. Así,  esta  porteña  de  21  años  le  concedería una  renovada  y  vital  existencia  a  la  era moderna del tenis femenino latinoamericano, devolviéndole  como  corolario  la  aceptación  y el prestigio  alguna  vez  gozado.  La  biografía  de Gabriela Beatriz Sabatini, la sanadora de una etapa de este deporte para nuestra América  del  Sur,  se  presenta  a  continuación...


Beatriz, su madre, sosteniendo en brazos a la pequeña Gabriela 
Nacería un 16 de mayo de 1970 en el Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina. Transitaría la infancia en el barrio de Villa Devoto, Capital Federal. A los 6 años, los padres, Osvaldo y Beatriz Garófalo Sabatini, le regalarían una raqueta. Expresaría sus incipientes pasos en el Club  Atlético  River  Plate.

A  los  12 años  viviría  la  experiencia  más emotiva hasta entonces: ganaría un mundialito infantil desarrollado en Caracas. A los 13, y como la jugadora más joven en concretarlo, el Orange Bowl  de  Miami, Florida.  Ya  comenzaba a esparcir todo su talento y capacidad. A los veinticuatro meses, es decir en 1984, sería campeona  juvenil  de  Roland Garros en singles, y del Abierto de los Estados Unidos en dobles junto a su compatriota Mercedes Paz. En ese mismo  1984,  y  con  tan  solo  15 años,  Gabriela se traduciría como la número uno del ranking juvenil, mientras que la Federación Internacional de Tenis la nombraría Campeona del  Mundo  Junior. 

Campeona junior de Roland Garros (1984). De este tramo, la argentina confesaría alguna vez que, debido a su timidez, perdería en ciertos eventos deliberadamente para evitar así todo tipo de compromisos con la prensa, ya sea en la cancha o fuera de ella. 

Ya como profesional, la porteña arribaría cinco veces a las semifinales de Roland Garros...

Profesionalismo

Para 1985, Sabatini se vestiría de jugadora profesional. En junio, treparía a las semifinales del Abierto de Francia, donde perdería con la estadounidense Chris Evert. Se  convertía en la más joven de la historia en abrazar dicha instancia en el marco de un Grand Slam. El período lo completaría en octubre, al obtener en el cemento del Abierto de Tokio su primer trofeo. En la final, derribaría a la estadounidense Linda Gates por 6-3 y 6-4. Con apenas 16 años, finalizaría  la  temporada  en  el  puesto  12.

Abierto de Tokio

Torneo de Buenos Aires. Su segundo título.
Atrás quedarían las  cosechas  de  1986  y  1987 en el polvo de ladrillo de Buenos Aires, los subcampeonatos de Roland Garros, modalidad dobles, y el Masters de Roma y el WTA Tour Championships con la alemana Steffi Graf, para concentrarse en 1988. La furibunda embestida de 1988.  Entre  mayo  y agosto,  se apoderaría de los Masters de Roma  y Montreal al superar a la canadiense Helen Kelesi  por  6-1,  6-7  y  6-1,  y a la bielorrusa Natasha Zvéreva 6-1 y 6-2, respectivamente. En el medio de estos torneos, atraparía Wimbledon en la categoría dobles junto a Steffi Graf: 6-3, 1-6 y 12-10 a la ucraniana Larisa Neiland  y  Natasha Zvéreva.
 
El WTA Tour Championships es lo que hoy se conoce como el WTA Finals; torneo que lo juegan anualmente y al final de temporada las ocho tenistas que más puntos hayan obtenido en la temporada regular comprendida por los más de 53 torneos de la WTA, como así de los cuatro Grand Slam. Dichos puntos se anexan a una clasificación paralela al ranking de la WTA denominada Carrera de Campeones.

Masters de Roma
Wimbledon 1988 junto a Steffi Graf

Juegos Olímpicos, Seúl 1988
Para octubre, y por Steffi Graf, sería medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl -en la ceremonia de apertura portaría la bandera argentina-. El acontecimiento más agraciado, el acceso en septiembre de ese 1988 a la final del Abierto  de  los  Estados Unidos. Caería  3-6,  6-3 y 1-6  con  Steffi  Graf,  su  mayor  oponente  en toda la trayectoria. En noviembre, le colocaría su rúbrica a este gran año consiguiendo con un 7-5, 6-3 y 6-2, nada más ni nada menos que el WTA Tour Championships en la moqueta de Nueva York. La estadounidense Pam Shriver, la contendiente  por  el  lauro.

Abierto de los Estados Unidos

WTA Tour Championships de Virginia, Nueva York

Ranking mundial de la WTA

Gloria

Sin margen para las especulaciones, 1989 confirmaría lo que desde el bajo perfil habría de suceder. El 27 de febrero, la vigorosa y versátil atleta tanto para atacar como para defender y para esta o aquella superficie, ascendía a la tercera posición del ranking mundial de la WTA -Asociación Femenina de Tenis-. Allí se depositaría  hasta  1992  inclusive.
El 2 de abril se consagraría en el Masters de Miami -cemento- al deshacerse en la final de la estadounidense Chris Evert por  6-1,  4-6  y  6-2,  y el 16 de ese mes en el  Torneo de Amelia Island -polvo de ladrillo-: Steffi Graf, quien la sufriría con un 3-6, 6-3 y 7-5. En mayo, revalidaría la corona  de  Roma  al  arremeter por  6-2,  5-7  y 6-4  a  la  española  Arantxa Sánchez Vicario, y en junio repetiría el subcampeonato en dobles de Roland Garros y con Steffi Graf. Remataría ese óptimo año sirviéndose en octubre el Torneo de Stuttgart sobre moqueta. Doblegaría en la final a la estadounidense Mary Joe Fernández por 7-6  y 6-4.

Final del Torneo de Stuttgart, 1989
Masters de Roma

En junio de 1990, Sabatini integraría a su staff al entrenador brasileño Carlos Kirmayr. En él se apoyaría para potenciar ese carácter ofensivo que  todavía  no  conocía  de  límites...

Finalmente, el 8 de septiembre de 1990, se consumaría ese ansiado despertar para el tenis femenino sudamericano. Gabriela Sabatini, de 21 años, se alzaría con el Abierto de los Estados Unidos. En condición de quinta cabeza de serie, derrotaría 6-2 y 7-6 a la excelsa Steffi Graf, desquitándose de esta manera de lo acaecido en 1988. Se transformaba tras más de dos decenios de dolencias, en la tercera mujer de este lado del continente en adueñarse de un Grand Slam -las predecesoras, la chilena Anita Lizana en Estados Unidos 1937 y la brasileña Maria Bueno en Wimbledon 1959, 1960, 1964 y Estados Unidos 1959,  1963,  1964  y  1966-.  En  apenas  un lustro,  sus  registros  ya  ostentaban  15  títulos. En noviembre, subcampeona del WTA Tour Championships. La verduga, Monica Seles.


En febrero de 1991, una Sabatini en el auge de su madurez tomaría con un 2-6, 6-2 y 6-4 el Abierto del Pacífico, en la carpeta de Tokio. En marzo, la serbia Monica Seles la derrotaría en la final del Masters de Miami con su 6-3 y 7-5. Para mayo, el ajuste de cuentas: reconquistaría el Masters de Roma por su 6-3 y 6-2 a Monica Seles, partido final. Semanas más tarde, amenazaría con reimpulsar aún más a la región al colarse en la final de Wimbledon. La segunda preclasificada sucumbiría por 4-6, 6-3 y 6-8 con la ex 1, Steffi Graf.

Masters de Roma. Punto del campeonato.

Siendo entrevistada tras su logro en Roma…

La final de Wimbledon de 1991. Como en Estados Unidos (1988), la leyenda argentina arañaría el torneo más valioso del tenis mundial.
Saludando a una de las más grandes de todos los tiempos: Steffi Graf

En febrero de 1992, retendría con un 6-2, 4-6 y 6-2 el reinado en la ahora moqueta del campo asiático  -en  ambas oportunidades castigando en la final a la estadounidense Martina Navrátilová-. Para marzo, regresaría a la final en el Masters de Miami. Tropezaría con Arantxa Sánchez Vicario por 1-6 y 4-6. Hacia mayo, nuevamente en Roma se daría el gusto de batir, y con reincidencia, a Monica Seles, la uno del momento: 7-5 y 6-4 ¡Bicampeona!
Abierto del Pacífico, Tokio
Masters de Roma. La argentina ganaría cuatro en cinco años: 1988, 1989 1991, 1992.

1993, no obstante, marcaría el preludio de un declive casi decisivo en su carrera. Lo máximo, tres finales en polvo de ladrillo entre abril y mayo: Amelia Island, el Masters de Roma y el Torneo  de  Berlín.  Sequía  de  pergaminos...

Eclipse y dimisión

Para  1994,  el  desgaste  y  el  desánimo  se harían indisimulable.  Pese  a  ello, sorprendería a propios y extraños al regocijarse en noviembre, y por segunda ocasión, con el WTA Tour Championships. Eliminaría en el debut a Martina Navrátilová, quien se jubilaría en ese partido (retornaría en 2000), y a la estadounidense Lindsay  Davenport  por 6-3, 6_2 y 6-4 en la llave final. Para Enero de 1995, lograría en el cemento de Sídney su trofeo de singles definitivo en la WTA. La víctima, otra vez  Lindsay Davenport -6-3 y 6-4-. Las finales de abril en Amelia Island con la española Conchita Martínez -1-6 y 4-6-, y de octubre en Stuttgart con la croata Iva Majoli -4-6 y 6-7-, significarían las  últimas  para  esta  leyenda.

WTA Tour Championships de Estados Unidos. La leyenda se haría con dos de estos torneos cuyo sistema de disputa variaría en 2003: ocho jugadoras divididas en dos grupos de cuatro.

A finales de 1996 se la distinguiría con el premio WTA Diamond Aces, otorgado a las jugadoras que dan sin cesar para promover el tenis dentro y fuera de la cancha. En 1996 sería para Gabriela Sabatini.
Desde 1986 hasta su ausencia de cinco meses por lesión, mayo de 1996, Sabatini pasaría 508 semanas consecutivas dentro del top 10 del mundo. 312 semanas entre las cinco primeras, y terminaría seis temporadas en fila entre las cinco mejores. Alcanzaría al menos una semifinal de Gran Slam durante 11 años seguidos. 

El 24 de octubre de 1996, a la edad de 27, Gabriela Sabatini anunciaría su retiro de las prácticas. Había dejado de disfrutar de las severas exigencias de este deporte, y a sufrir por demás las críticas de la prensa. Su despedida sería en el Madison Square Garden de Nueva York; el escenario de más triunfos para ella. "Tengo ganas de empezar a hacer otras cosas, de estar más tiempo con mi familia, y de viajar a donde quiera. No quiero que este sea un momento triste. Esto es lo mejor que podía hacer por mi vida",  reflexionaría  la  leyenda.
lo largo de sus doce temporadas como tenista profesional, Gabriela Sabatini atesoraría 39 títulos, 27 en individuales y 12 en dobles. Sin dudas, la sanadora de una época para el tenis femenino  sudamericano.


Utilidades y negocios...

Aproximadamente 8.785.850 millones de dólares son los dividendos que acumularía Gabriela Sabatini por el despliegue de su juego. En materia publicitaria, sería pionera a la hora de firmar un contrato multimillonario con la marca  de  gaseosas  Pepsi.
De muy chica contaría con un buen olfato para prever y realizar importantes negocios. Desde 1989, lanzaría  varias  líneas  de  perfumes  con el sello de la empresa alemana Muelhens: Gabriela Sabatini, Cascaya, Magnetic, Bolero, Viento Salvaje... A la fecha, prosigue con esta actividad. En 1994, publicaría el libro Mi Historia. Sabría implicarse con el ex golfista Jack Nicklaus y otros empresarios para la construcción de un barrio privado de 380 hectáreas llamado Pilará. Ubicado en el kilómetro 56 de la Panamericana, ofrece un complejo de alto rendimiento, ocho canchas de polo, y un link de golf de 18 hoyos. Su  exposición,  en  2007.

Sabatini con uno de sus perfumes

Otros premios y distinciones

En el ámbito local, se la  galardonaría con dos Olimpia de oro - 1986, 1987 - y diez de plata. En el 2000, la Fundación Konex la nominaría la mejor deportista de la década. A mediados de 2006, la Legislatura porteña la declararía Personalidad  Destacada. 
Por su parte, en el exterior, recibiría el premio Jean Borotra Sportsmanship Award, del International Club, por su espíritu deportivo y sus proyectos filantrópicos posteriores a la jubilación. El ex tenista Rod Laver le entregaría el premio en el campeonato de Wimbledon de 2018. Tanto por su carrera como tenista como por su trabajo benéfico en UNICEF, la UNESCO y en las Olimpiadas Especiales, se la gratificaría en 2019 con el Premio Philippe Chatrier. 


Gabriela Sabatini hacia 2015 en un partido exhibición en el Madison Square Garden y ante Monica Seles 
Su muñeca
La compañía norteamericana Great American Doll Company, la homenajearía en 1994 creando una muñeca con su nítida imagen. Para el 2006, se la incorporaría en el Salón de la Fama del Tenis Internacional. En 2008, Roma le agasajaría con la Raqueta de Oro. El 8 de octubre 2014, en el Paseo de la Gloria situado en Costanera Sur, sitio en el que se rinde tributo a los atletas argentinos más sobresalientes, se inauguraría su estatua. En 2018, la revista Tennis Magazine la seleccionaría la vigésima mejor jugadora de los pasados 50 años. Entre las no número 1 del ranking de la Era Abierta, Sabatini sería la jugadora de más victorias frente a rivales clasificadas  como  primeras.
Paseo de la Gloria de Costanera Sur, Capital Federal