
Ayrton Senna
Entre los años 70 y buena parte de los 80, Emerson Fittipaldi y Nelson Piquet darían vida a una casta. La casta brasileña de conductores por excelencia, esa que por largos quince años (1972/1987) lideraría la Fórmula 1 en términos nacionales con cinco conquistas. Coetáneo con Piquet, su aparición hacia 1984, no obstante, vendría para reconfigurar más temprano que tarde el orden prevaleciente de las cosas. Vendría para rebasarlos. Para mostrarlos como lo pasado. En un caso como en el otro. Así pues, este paisano reinaría un buen día una nueva era. Su era. Pero la desgracia que a veces regala el propio destino, frustraría aquello que parecía se le tenía reservado. El amado y venerado por su gracia natural con el volante como así por esas inclinaciones filantrópicas, abandonaría sin completar su mandato en este mundo. La historia de Ayrton Senna da Silva, ese rey sin corona, comienza de esta manera...

En 1981, Senna se trasladaría a Inglaterra para profundizar su desarrollo. A bordo de un Ford 1600, obtendría para el equipo Van Diemen el Campeonato RAC y Townsend-Thoreson. A pesar de los auspiciosos resultados, exhortado por los padres, optaría por retornar a su tierra para asumir un rol en el negocio familiar. Acto seguido, una seductora propuesta torcería su rumbo para siempre. El dueño de la Rushen Green Racing de la Fórmula Ford 2000, el señor Dennis Rushen, le ofrecería una unidad valuada en 10 mil Euros. Ayrton aceptaría el desafío y hacia 1982 se devolvería a Inglaterra. Allí adoptaría el apellido de su madre por lo accesible de su pronunciación y emprendería un ciclo de éxitos que involucraría a la isla británica y Europa.
En 1983, su uniría al equipo West Surrey Racing de la Fórmula 3 británica. Constituida en su tesis, aprobaría con suficiencia: en una reñida batalla con un tal Martin Brundle, se apoderaría del campeonato en su fase definitoria. Para noviembre, del naciente Gran Premio de Macao.
Fórmula 1
De forma casi automática en función de lo desplegado en la Fórmula 3 británica, Senna despertaría la atención de la Fórmula 1. Escuderías del peso de Williams, McLaren, Brabham, donde se hallaba el héroe y leyenda local de Nelson Piquet, y Toleman, para quien realizaría unas pruebas de pretemporada, se fijarían en este promisorio conductor.Finalmente, el equipo británico de Toleman, activo desde 1981 en la categoría, sería el que lo contrataría... Un fuerte lazo se forjaría de allí en más entre el paulista y la disciplina automovilística más popular y prestigiosa de todas.
Senna haría el debut el 25 de marzo de 1984 en el Gran Premio de Río de Janeiro, Brasil, y con el venezolano Johnny Cacetto como compañero de equipo. Su primer punto sería en el Gran Premio de Sudáfrica, por la segunda carrera. Repetiría dos semanas más tardeen el Gran Premio de Bélgica



Lotus
En la temporada 1985, Senna se mudaría al equipo Lotus sin informar al equipo Toleman de este hecho. No tardarían en abrirse paso las primeras marcas. Victoria en el Gran Premio de Portugal y Canadá, seis podios, y siete pole positions, el de mayor eficacia en ese apartado. Esa edición acabaría cuarto. En la de 1986, nuevamente cuarto: 55 puntos, dos Grandes Premios (España y Detroit, Estamos Unidos), ocho podios, y ocho poles positions en las que otra vez arrasaría. Hacia 1987, relucirían vestigios de lo que sucedería al puñado de meses. Senna lucharía por el campeonato frente su compatriota Nelson Piquet. Sus ocho podios, San Marino (2°), Mónaco (1°), Estados Unidos (1°), Gran Bretaña (3°), Alemania (3°), Hungría (2°), Italia (2°) y Japón (2°), lo ordenarían en la tercera colocación. Clausuraba ese 1987 inundado de optimismo...

Cumbre
Para la temporada 1988 Senna aterrizaría en McLaren. Aquí perfeccionaría su vertiginoso y en ocasiones agresivo estilo de conducción. Formaría dupla con el francés Alian Prost. Tras la descalificación en el Gran Premio de Brasil por la primera fecha, Senna tejería a partir del Gran Premio de San Marino de la segunda jornada un colchón de triunfos y puntos que lo eyectarían. Reeditaría lo de San Marino en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Hungría, Bélgica y Japón, donde aquí, por la 15° fecha del 30 octubre atraparía lo máximo. Nadie podía negarlo: Senna era el mejor. McLaren, por su cuenta, se haría sin transpirar con el campeonato de constructores.


Desafortunadamente, una cadena de errores y sequías le allanarían el camino a su compañero Alain Prost, quien aún sin sumar en los últimos dos juegos se consagraría. Senna era subcampeón.
Uno de las secuencias más recordadas de esa temporada, el incidente entre el francés y el brasileño en el Gran Premio de Suzuka, Japón, por la penúltima fecha del campeonato. Con Prost comandando y Senna acechando, estos colisionarían en una de las curvas de la vuelta 47, patinando hacia la vía de escape. Con ambos motores parados, solo Senna reanudaría la carrera (técnicamente ilegal cuando un motor se apaga). Recibiría un empujón de los alguaciles y se reintegraría utilizando esa misma vía de escape. El sudamericano ganaría el Gran Premio, pero luego sería descalificado por apelar a un atajo para proseguir...


La temporada 1991 plantearía su apotegma: Senna se paraba en el pórtico para su inexorable toma de mando... Siete Grandes Premios sobre dieciséis posibles, cuatro de ellos consecutivos, y 24 puntos de diferencia con el más inmediato perseguidor, el inglés Nigel Mansell, lo harían tricampeón (el más joven en las crónicas de la Fórmula 1). A McLaren, en tanto, los amos de las escuderías por cuarto año.

En el circuito de Brasil reincidiría hacia 1993.

Sin embargo, en 1992 emergerían señales poco alentadoras de cara a estas aspiraciones. Senna sería cuarto por detrás de Mansell, campeón con Williams, y de una floreciente promesa alemana, un tal Michael Schumacher. Solo ganaría los Grandes Premios de Mónaco, su mejor performance al soportar el hostigamiento de Mansell, Hungría e Italia.
En la temporada 1993 a Senna se le fugaría la oportunidad de otro laurel; ese que lo ubicaría como el soberano sin par en su país. Si bien se haría con los circuitos de Brasil, Europa, Mónaco, tres de los seis primeras competencias, desde el Gran Premio de Canadá (7° cita) en adelante caería en una irregularidad que ni con las actuaciones de cierre en Japón (1°) y Australia (1°) lograría maquillar. Saldo: Alain Prost 1°, Senna 2°.



Tragedia
En la etapa clasificatoria al Gran Premio de San Marino, ya se exhibirían las falencias de esta pista y alto grado de peligrosidad. La piña del brasileño Rubens Barrichello, el fallecimiento del austriaco Roland Ratzenberger, y un choque en el albor de la contienda del portugués Pedro Lamy al finlandés Jyrki Lehto (hecho que demandaría del coche de seguridad), se enseñarían como la más cruda evidencia de ello. Por si no bastara, días antes la leyenda revelaría una tenebrosa profecía: "Si no se cambia esta curva -Tamburello-, alguien va a morir".

Actividad humanitaria
Independientemente de su profesión y devoción por los autos, Ayrton Senna se demostraría muy servil y dadivoso para con el prójimo. De allí que se lo quisiera y se lo llorara por montones.



Contratos y la marca Senna
Para 1987, Senna ya percibiría ingresos monumentales: 1,5 millones de dólares por temporada. Por cada punto sumado, Lotus le entregaría un extra de 4 mil dólares. Esa cantidad aumentaría a 5 mil dólares en 1988. De campeonar, una prima de 250 mil dólares. El primer año percibiría un total de 1728 millones de dólares. El convenio tenía sus curiosidades. Se le prohibía practicar esquí y conducir motos.
Ya en McLaren, las negociaciones de Senna con Ron Dennis por el monto del salario se tornarían muy ásperas. Tras estancarse las conversaciones por una diferencia de medio millón de dólares, Dennis ofrecería derimirlo arrojando una moneda. Con una moneda al aire se zanjaría la cuestión.
En 1993, ya con McLaren sin los motores Honda (Ford HB sería la nueva empresa proveedora), junto a su representante, Julian Jakobi, Senna estipularía un contrato de 1 millón de dólares por los cinco circuitos inciales, renovándose finalmente por los otros once. Si el dinero no se le acreditaba antes de la carrera, el brasilero podía no presentarse en el autódromo... "El momento de mayor tensión fue en julio", apuntaría Jakobi. "Era la segunda parte del contrato, aún con la misma cláusula, y como el dinero no llegó, Ayrton se quedó en su casa. Creo que era el Gran Premio de Francia. Ayrton debía volar de San Pablo a Frankfurt en un vuelo comercial de Varig. Luego los pilotos iban a recogerlo en un jet privado y llevarlo a Magny-Cours". "Creo que Ron (Ron Dennis jefe de McLaren) le hizo una promesa personal, no logro recordar exactamente qué fue, pero lo resolvimos", contaría Jakobi.
Homenajes y distinciones
Existen varias estatuas alusivas a Senna con motivo de ceremonias y reconocimientos. Por caso, en la ciudad de Imola, Italia, y en la FIA (Federación Internacional del Automóvil). En 1990, se inauguraría el Estadio Ayrton Senna en la ciudad de Macapá, Brasil. Para 1995, en San Pablo, el Monumento Ayrton Senna. En 2010, se estrenaría su documental. En 2017, McLaren lanzaría un diseño llamado McLaren Senna. En 2009, la revista inglesa Autosport crearía un ranking con los más prominentes pilotos de la historia: Ayrton Senna encabezaría esa lista.
