Michael Jordan
No respondería ante el prójimo, solo ante sí mismo. Rechazaría lo que piensen o digan de él. No se equipararía con nadie. Dado que no existen los iguales, irrevocablemente uno prevalecerá sobre el otro, por ende, será más digno de aplausos y admiración. Gozaría de una propia constitución moral. De igual modo, de un conjunto de dones asediantes y saqueadores: Creatividad. Valentía. Fortaleza emocional. Responsabilidad. Tenacidad para con objetivos. Sentido de superación. Liderazgo, ese que allane el qué, cómo y cuándo de lo que sobrevenga en su vida. Voluntarismo, gracias al cual se reprima al deber y se vele al querer. Egoísmo. Intolerancia. Irracionalidad. Vanidad. Control sobre los débiles. Poder de decisión, uno en función de lo que le dicten el armado de sus propios valores. Como buen enemigo de Apolo, el hombre también habría de rendirse al concepto dionisíaco -Dionisio, figura literaria y mitológica de la Antigua Grecia, contracara de Apolo, y considerada dios del vino, la embriaguez, los impulsos, la desmesura, el desorden, los excesos, el instinto, la pasión, la transgresión, etc., que este sabio recogería para explicar lo vital de sentirse un Dionisio y domesticar justamente a Apolo-.
Así, y solo así, el hombre dejaría de verse un pelele, un esclavo, vagando en la Tierra hasta el fin de sus días. Así, y solo así, el hombre le inyectaría grandeza a su presencia. Así, y solo así, el hombre mataría a ese hombre ilegítimo, manipulador y perdedor -con este filósofo haciendo de ángel destructor- para representarse en aquello que lo aguardaría ansiosamente: ¡un superhombre!
Este compendio de ideas, son parte de las obras maestras del pensador alemán Friedrich Nietzsche, en Así habló Zaratustra y El origen de la tragedia. Clásicos de la filosofía moderna, y de los más leídos en los últimos siglos.
Diría el psicólogo Carl Jung, que uno es lo que hace, no lo que dice que hará. Nuestra cotidianidad de acciones delinea lo que somos verdaderamente. Lo que prometamos sirve como medio de planificación y motivación, mas solo de ello. Por tanto, al filtrarnos en los tejidos de esta leyenda, ¿qué nos arrojan sus actos?, ¿qué nos indican de él realmente?
La cronología lo muestra habiendo sido el arquitecto de un imperio, su imperio, obedeciendo los siguientes patrones de conducta. Se burlaría de la física al suspenderse en el aire de forma insospechada y nunca concebida. Casi una quimera detenerlo. Altamente eficaz en los tiros libres. Creador de volcadas inmortalizadas. Decisivo en momentos culminantes. Exquisito asistidor. Una amenaza radical en la zona de triples. Con un nivel de solvencia defensiva -robos- entre las tres más categóricas de la historia. En esa línea, el que más temporadas comandaría la tabla de anotaciones: 10, desde 1986/87 a 1992/93 y desde 1995/96 a 1997/98. Portador, hasta la fecha, del más elevado promedio de anotaciones por encuentro -30,1 puntos- y por eliminatorias -33,4 puntos-. De los más heterogéneos a la hora de tomar posiciones -base, escolta, alero-. Fiel amante de la competitividad e intensidad. Un adicto del éxito, en lo qué sea, cuándo sea y dónde sea. Quien sin proponérselo, impondría una pseudo felicidad eterna en niños, jóvenes y adultos, deseosos de volverse lo más parecido a él. Culpable primario para que firmas del peso de Nike, Coca Cola, McDonald's o Gatorade, incrementen astronómicamente su capital a raíz de ese magnetismo derramado con su imagen. Un noble donante de dinero para centros benéficos y ONG infantiles. Pero también, el que emanaría un estatus de macho fanfarrón, de hiriente, soberbio, prepotente, egoísta, verdugo en las humillaciones a compañeros y rivales, como así de ludópata. Alguien que todavía, como buen huraño, suele acceder a los restaurantes y peluquerías por la puerta de servicio para evitar el contacto con los blancos de a pie, o definirse más triunfador que su padre. Con esto, se cincela un otro costado. Lo que nos lleva al interrogante de antemano: ¿quién fue Michael Jordan?
Hijo de James y Deloris Jordan, y el cuarto de cinco -Larry, James, Deloris, Roslyn-, Michael Jeffrey Jordan nacería un 17 de febrero de 1963 en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Siendo niño, se mudaría con la familia a Washington. A los 13 años, el padre le construiría una cancha de básquet en el terreno baldío adjunto a la casa. En ese espacio, el pequeño Michael se beneficiaría de sus primeras enseñanzas. En ese espacio, afloraría un sueño: convertirse en profesional y vivir de ello.
En la preparatoria (Emsley A. Laney), debido a su dote atlético jugaría al béisbol y fútbol americano. No mucho más adelante recalaría en el básquetbol. Irónicamente, en su segundo año se lo excluiría de la plantilla por tener una altura supuestamente subdesarrollada (1,80 metros). Al otro verano, Michael crecería 10 centímetros y finalmente se lo admitiría. Entrenaría rigurosamente y apoyado en sus bondades, (el último año promediaría un triple doble: 29,2 puntos, 11,6 rebotes y 10,1 asistencias), se lo citaría para el McDonald’s All-American Team -partido exhibición en el que intervienen los mejores baloncestistas del año en la high school-.
En 1981, ingresaría por una beca en el equipo de la Universidad de Carolina del Norte, donde asimismo se especializaría en geografía. Ya en su primer año, sería elegido mejor jugador novato de la temporada. En 1982, se granjearía el Campeonato de la NCAA -Asociación Nacional Deportiva Universitaria- marcando en el epílogo de la final. Para las temporadas 1982/1983 y 1983/1984, se lo incluiría en el All-American de la NCAA -mejores jugadores amateurs de cada una de las posiciones de juego- y ganaría los premios al mejor jugador universitario del año y el John R. Wooden. No obstante, a mitad de año de 1984 abandonaría la universidad para presentarse en el Draft de la NBA: procedimiento mediante el cual, a finales de junio de cada año, las franquicias de la liga de baloncesto incorporan a sus equipos menores de 23 años provenientes de las universidades o de ligas de otros países. Al cabo de ello, Chicago Bulls lo sumaba a sus filas.
Paralelamente, integraría la selección que en agosto se apoderaría de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Comenzaba a esgrimirse un lema: "Puede hacerlo todo".
Chicago Bulls
Para la temporada 1986/1987 Jordan fijaría otro récord. Encestaría más de 3000 puntos. Junto a Wilt Chamberlain, los que patentarían esta gesta. Prosiguiendo con la onda expansiva, se adjudicaría el concurso de Clavadas -reeditaría en 1987/88-. En lo colectivo, nuevamente sufrían el adiós con Boston Celtics por la primera ronda de las eliminatorias.
Tricampeonato, parte I
A partir de 1990/1991, se abriría paso una ola de dominio casi total. El 12 de junio, atraparían el primero de un sexteto de títulos para la biografía de Chicago, al barrer 4 a 1 a Los Ángeles Lakers de "Magic" Johnson (Conferencia Oeste). La faena desplegada por Jordan y su séquito pronosticaría a todas luces el devenir de los acontecimientos futuros. Se había engendrado una aceitada máquina de ganar.
Promedio de puntos por juego de Jordan durante 1990/91: 31,5
Chicago completaría la temporada con 67 triunfos, algo que en 1995/96 quebraría...
Muerte del padre, ¿y retiro?
El 6 de julio de 1993, dos individuos asesinarían a James Jordan, a quien le sustraerían el automóvil, obsequio del propio Michael. Influenciado por el dolor, un 6 de octubre anunciaría su ida de la profesión. ¿El argumento?, ya no disfrutaba. Al tiempo, interrumpiría tal elección. Revitalizado por la memoria y la aceptación, decidiría continuar. La era del superhombre, vigente y reinante.
Incursión en el béisbol
Con motivo de una promesa efectuada al padre, en 1994, Michael Jordan irrumpiría en el universo del béisbol. Se uniría a Chicago White Sox de la División Central de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB). El propietario, magnate y dueño de Chicago Bulls, el señor Jerry Reinsdorf, curiosamente no dejaría de abonarle el salario de basquetbolista. Su performance en el béisbol navegaría en aguas opacas, por lo que más temprano que tarde colgaría el bate para renovar los votos con su natural pasión.
"He vuelto"
El 18 de marzo de 1995, Jordan notificaría de manera lacónica, y con un torneo en curso (1994/95), su regreso al básquet. Su regreso a Chicago. Por medio de un boletín de prensa proclamaría: "He vuelto". A las 24 horas, haría su entrada y con derrota incluida frente Indiana Pacers. Discreto rendimiento para quien ese día usaría el dorsal 45. Chicago solo avanzaría hasta las semifinales de la Conferencia Este en aquella temporada de 1994/95.
Tricampeonato, parte II
Luego de alejarse brevemente del auge, en la temporada 1995/1996 se reimprimiría esa unísona partitura instrumental. Con magníficas actuaciones -por caso, la de Scottie Pippen, Dennis Rodman y Brian Williams-, Jordan, cual director de orquesta, guiaría a los suyos a otra obtención. Encabezaría la liga en cuanto a goles se refiere al promediar 30,4 por juego, y se lo nominaría Jugador Más Valioso de la temporada, de las Finales de la NBA, y del Juego de las Estrellas. La serie más ansiada, un reñido debate con Seattle SuperSonics -4 a 2-. La pregunta yacía en el aire: ¿quién osaría obstruir a los Bulls de Michael Jordan?
En la temporada 1996/1997, la leyenda produciría dos de las secuencias más recordadas de su trayectoria. En la llave definitoria, encestaría en el cotejo de apertura con Utah Jazz a 2 segundos de sonar el reloj para el cierre. Clinc, caja. Para el quinto duelo, se apuntaría con 38 canastas bajo un estado febril. Con un 90-88, se rompería así el empate a 2 que imperaba en esta final. Finiquitado el asunto en el sexto juego, (con una memorable asistencia de Jordan para que enceste Steve Kerr) se condecoraría al 23 con el quinto Jugador Más Valioso de las Finales de la NBA. Chicago era bicampeón.
Michael Jordan destronaría a Kareem Abdul-Jabbar como el líder de todos los tiempos en puntos consumados en los Playoffs de la NBA. Recién para el 2017 LeBron James cortaría esta plusmarca.
Presidente Operativo y...
El 19 de enero de 2000, Jordan apostaría por un nuevo desafío: la presidencia operativa de los Washington Wizards. Allí, abordaría lo concerniente al día a día del plantel. Reduciría sueldos y promovería a muchachos como Kwame Brown. La gestión no atravesaría la frontera de la irregularidad.
A pesar de puntualizar en 1999 que su salida del básquetbol era irreversible, en el verano de 2001, esa intransigencia no se avistaría con claridad. Indicio de esto, el entrenamiento con profesionales y la contratación de su antiguo entrenador, Doug Collins. ¿Reaparecería el superhombre?
El 25 de septiembre de 2001, el básquet escucharía con orgullo la repatriada de esta leyenda. Pese a la edad, la escasez de frescura y las lesiones que lo arrastrarían invariablemente, se las ingeniaría para que su débil Washington Wizards hilvane nueve victorias al hilo en esa temporada. No alcanzaría para agrupar a los suyos en las rondas eliminatorias, pero sí para cosechar críticas benignas y participar del Juego de las Estrellas. Su promedio en ese 2001/02: 22,9 puntos por partido, 5,2 asistencias, 5,7 rebotes y 1,42 robos de balón en 60 de los 82 encuentros de la temporada regular. En el Juego de las Estrellas, la leyenda rebasaría a Kareem Abdul-Jabbar en la tabla histórica de anotadores de este All-Star Game.
En la temporada 2002/2003, el astro tampoco decepcionaría. Sin los inconvenientes físicos recientes, sería el único de su equipo que disputaría toda la fase regular. El 21 de febrero de 2003, señalaría más de 40 puntos con 40 años ante los New Jersey Nets por la División Atlántico de la Conferencia Este. Se convertía en el primer jugador de la NBA en marcar tal cantidad con esa edad. Lastimosamente, insuficiente para clasificar a los Washington Wizards al cuadro eliminatorio. El 16 de abril, en el escenario de Filadelfia, se celebraría la última función de su carrera. Restando menos de 2 minutos Jordan se sentaría en la banca a contemplar el huracán de cánticos que le llovería. Un superhombre.
El después...
En mayo de 2003, se lo cesaría del cargo de Presidente Operativo de los Washington Wizards. Esto lo impulsaría a bucear por otros ambientes. El golf, acompañado por ex compañeros -Toni Kukov, Scottie Pippen- y en la calidad de espectador, los Grandes Premios del Mundial de Motociclismo -algo que antes se le prohibida-, serían dos de esos ambientes...
En 2006, Jordan compraría los derechos totales de los Charlotte Hornets de Carolina del Norte por 175 millones de dólares, asumiendo de tal forma la gerencia. Al corriente es el accionista mayoritario de una franquicia que está valorada en los 750 millones de dólares.
Dream Team
Cada vez que se realiza un revisionismo de nombres, probablemente el de Michael Jordan resulte el más venerado. Sus hazañas, impensadas para la misma mano del hombre, ilustran el porqué. No obstante, al desempolvarlas no solo encontraremos una simbiosis con Chicago Bulls. También se descubrirá luz dorada y fulgurante en su estancia por la selección estadounidense. Al mencionado logro en los Juegos Olímpicos de 1984, se le agregaría el de 1992. La composición maestra de Barcelona. Esa que imputaría al combinado más espectacular jamás visto. El Dream Team -el equipo de ensueño-.
Componentes a subrayar: Magic Johnson, Larry Bird, Scottie Pippen, Charles Barkley, Karl Malone, David Robinson, John Stockton... Fenómenos que fabricarían una verdad: No todo en este deporte se había volcado. Lo imposible todavía era posible. Para el anecdotario el desinterés de su Majestad por acudir, aduciendo ya contar con una presea olímpica, y la inmediata insistencia de Magic Johnson para que esté en la delegación -se arrodillaría en televisión y le suplicaría-. En lo que respecta al evento, favorecidos por la conducción de Michael, arrasarían de punta a punta. Resultados principales: 115 - 77 a Puerto Rico por los cuartos de final, 127 - 76 a Lituania por las semifinales y 117 - 85 a Croacia por la final. ¡Una apisonadora!
Familia
En septiembre de 1989, Jordan se casaría con Juanita Vanoy. Tendrían dos varones y una nena -Jeffrey Michael, Marcus James y Jasmine-. El 29 de diciembre de 2006 se divorciarían. En agosto de 2013, desposaría a Yvette Prieto de 34 años en Palm Beach, Florida, luego de un largo noviazgo. En febrero de 2014, parirían a las gemelas Victoria e Ysabel. En mayo de 2019, Michael sería abuelo de un niño de su hija Jasmine.
Negocios y patrimonio
Cuando las cualidades técnicas en una disciplina tan marketinera como la NBA son brutalmente elevadas, dependiendo claro está de la integridad profesada dentro y fuera del ámbito laboral y del grado de inspiración generada en la gente, la exposición que los medios de prensa, las marcas empresariales y el sector publicitario urden y entregan de esa figura, suele redundar en su apoteosis e inimaginable rentabilidad. Una especie cabal de esto, la que nos atañe. Michael Jordan, no solo un superhombre, sino también un producto... Un producto que se diseñaría, se consolidaría y sortearía prácticamente todas y cada una de las apuestas atendidas.
Se estima que cobraría aproximadamente 94 millones de dólares durante su estadía en Chicago Bulls y Washington Wizards.
Desde 1984 Jordan sostiene un matrimonio multimillonario con Nike. A esto se le adiciona los beneficios que desde sus días como jugador percibe de Coca Cola, McDonald's, Gatorade, Chevrolet, la firma de ropa interior Hanes, las fragancias Five Star, entre otras varias marcas... En 1988, haría su debut en un spot. Su rostro se mostraría en las cajas de cereales Wheaties. En 1996, protagonizaría con los dibujos animados Bugs Bunny y el pato Lucas la película Space Jam: El juego del siglo. La misma recaudaría más de 200 millones de dólares.
Desde el año 1984, con el cartel de Michael Jordan como aval de éxito, el emporio Nike y Converse, subsidiaria de Nike, manejan la línea de ropa deportiva llamada Jordan Brand, cuyos dividendos en 2019 rondarían en torno a los 3.100 millones de dólares.
En su génesis, Jordan Brand se ataría directamente al baloncesto. Este enfoque de negocio cambiaría drásticamente con los años. Hoy Jordan Brand es todo un ícono cultural, con la estética y la calidad premium de sus múltiples indumentarias y productos de tendencia athleisure como prioridad...
Evocación
Sería objeto de decenas documentales y series televisivas. A saber: Michael Jordan: ven y vuela conmigo de 1989 -detallaría su despegue-. En 1992, el director Gary Fleder promocionaría Michael Jordan: tiempo de aire -narra los sucesos de 1991 y 1992 y su tarea en el Dream Team-. En 2001, Último Jordan -se examinaría por más de 5 horas el camino emprendido-. En abril de 2020, la productora ESPN y la plataforma de contenidos Netflix estrenarían El último baile -se relataría el ascenso de Jordan en los años 90 y material inédito de la edición 1997/1998 de Chicago Bulls-.
Jordan redactaría varios libros sobre su vida, carrera profesional y manera de entender el mundo:
- Rare Air: Michael on Michael (1993).
- I Can't Accept Not Traying: Michael Jordan on the Pursuit of Excellence (1994).
- For the Love of the Game: My Story by Michael Jordan (1998).
- Driven from Within (2005).
Laureles y reconocimientos, apéndice
Medalla de Oro en los Juegos Panamericanos de Caracas 1983. Premio al Mejor Baloncestista Masculino del Año de la Conferencia de la Costa Atlántica (1983/1984). Premios John R. Wooden y Naismith College Player of the Year (1984). Trofeo Adolph Rupp (1984). Medalla de Oro en el Campeonato FIBA Américas de Portland 1992. El deportista de 1991 para Sports Illustrated. Portada de esta revista en 50 en ocasiones; hasta aquí inigualable. Los premios ESPY, conferidos por ESPN, lo calificaría el atleta más brillante del siglo XX. La agencia de noticias Prensa Asociada, lo instalaría en segunda ubicación. El 11 de septiembre de 2009, se lo inscribiría en el Salón de la Fama del Baloncesto. En 2016, recibiría la Medalla Presidencial de la Libertad. Algunos de los varios premios y reconocimientos...