Robert De Niro

"La única misión del artista, es convencer al mundo de la verdad de su propia mentira". La observación del pintor y escultor español Pablo Picasso, vendría para desenmascarar los designios de esta ciencia. Todas las artes mienten. Por tanto, el artista solo es tal si reúne la habilidad de tapizar a ese crónico ardid con un ladino realismo. De lo contrario, se manifiesta una voz sin sonido. Un cuerpo sin alma.
La  mentira  es  un  acto  primitivo  y consciente al que se acude por múltiples razones. Cuando Nicolás Maquiavelo formuló en su obra El príncipe, la idea de ser hábil en fingir y disimular, o que los hombres buscan engañar y ser engañados, constituyó toda una agitadora  innovación  en  esos  tiempos.  Hoy, sin embargo, hay consenso generalizado para hacer de esta práctica casi un modus vivendi. Porque puede simbolizar una símil caricia. Porque nos muestra lo que la mente, o una parte de ella, realmente quiere testimoniar. Por ello las expelemos y perseguimos con más o menos insistencia, anhelando esa colisión. Y con Robert De Niro,  esa  colisión  con  la  mentira  se  consumó...
Un actor camaleónico  que  supo  cambiar  de color según la ocasión. 
Tal elasticidad, le permitió asumir innumerables caracterizaciones para casi todo tipo de género con una comprometida, minuciosa, intensa y maravillosa hipocresía física y psicológica. Cómo no bullir, aun a la fecha, con Taxi Driver, Toro salvaje, Los intocables, Cabo de miedo, Despertares, Fuego contra fuego, Viviendo como un Flynn, entre otros varios títulos. Parte de un relevo generacional, o del movimiento llamado nuevo Hollywood  gracias  al  cual  se  hizo  con  el estatus de superestrella, llegó para subordinarse al grito de Pablo Picasso: convencer  al  mundo de la  verdad  de su propia mentira. Por eso, el director Martin Scorsese lo acusó de equivaler al actor que cualquiera quisiera tener. Por eso, el espectador se sumergió en un innegociable momento de hipnosis al contemplar esa afrodisíaca farsa irradiada  de  su  anatomía.  El telón  de  Robert  Anthony De Niro Jr., el voluble y verdadero mentiroso de las artes cinematográficas, se abre   a   continuación...

Desde su concepción, y por sus padres, De Niro respiraría  las bondades del arte

Nacería un 17  de agosto  de 1943  en  la  ciudad de Nueva York, Estados Unidos. El padre, Robert De Niro, era pintor y escultor. La madre, Virginia Holton Admiral, poeta y pintora. Ambos, de estirpe europea. Tras el divorcio de estos, al pequeño  Robert  lo  criaría  ella  en  Manhattan. 
Su interés por la disciplina se despertaría a los 10 años. El día en que encaraba para el colegio el  rol  del  León Cobarde  en el  musical El mago de Oz, recorrería dentro de sí una sensación de alivio: hallaría el instrumento con el que mitigar su timidez y ese estímulo con el que proyectar un mañana... A los 16, abandonaría a la secundaria para desviarse a la actuación. Estudiaría en el Conservatorio de Teatro Stella Adler -circularían actores como Marlon Brando, Martin Sheen, Harvey Keitel, Melanie Griffith...- y posteriormente, y ya de modo profundo, en el Estudio  de  Actores  de  Lee  Strasberg.


De Niro fotografiado en 1963 para la película de Brian De Palma

Comienzos

En  1963,  con  apenas  20  años,  De Niro haría su  debut  fílmico.  Con  la  dirección  de  Brian De Palma, quien  también debutaba  pero como director,  se  filmaría  La fiesta de bodas. 

Desafortunadamente la productora quebraría, por lo que la publicación de esta película no se concretaría sino hasta 1969. En efecto, la virgnidad la rompería en 1965 con el drama romántico Tres habitaciones en Manhattan, de origen francés. Su contribución, minúscula: aparecería en la secuencia de una cena. 

Su primer papel importante. La película se rodaría en tan solo dos semanas.
En 1968, Brian De Palma lo convocaría para la modesta comedia satírica Saludos. Aquí De Niro se mimetizaría con Jon Rubin, un joven renuente a ser enviado por el ejército a la Guerra de Vietnam. Sus amigos le sugerirían que se inventara una enfermedad para no pasar las pruebas  médicas...

Esta comedia se exhibiría en el Festival Internacional de Cine de Berlín, donde ganaría el Premio Oso de Plata. Favorecido por la simpatía y amistad con De Palma, se lo reportaría como un promisorio actor. De esta manera, los colegas empezarían a reparar en él.
En 1970, De Palma lo citaría para otro película de su autoría: Hola, mamá! De Niro repetiría el personaje de Jon Rubin, de Saludos. Ahora, este veterano de la Guerra de Vietnam se erigiría en un cineasta amateur al filmar desde su casa de Nueva York a la gente de la calle. No tardarían en invadirlo serios problemas por un asunto de terrorismo  urbano... 

De Niro atesoraría sus primeros elogios y cierta  popularidad.  
En 1973, De Niro participaría en el drama deportivo La última batalla de un jugador.  Bruce Pearson (De Niro), un corriente jugador de béisbol de un equipo de Nueva York, de intelecto limitado pero amigo de todos sus compañeros, se enteraría un día de una afección terminal...

Una de las primeras películas inscriptas en el movimiento del nuevo Hollywood...
Para octubre de ese 1973, De Niro interpretaría a  Johnny Boy  en  la  película  Calles peligrosas, de Martin Scorsese. Un necio y desfachatado deudor cuyo amigo, Charlie, -Harvey Keitel- un italoamericano de 27 años con ansias de escalar en la mafia de Nueva York, intentaría socorrer...
Por este drama criminal, la Asociación Nacional de Críticos de Cine lo gratificaría en el rubro al mejor actor de reparto. De Niro emprendía así un prolífico camino con el director Martin Scorsese. En 1997, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos consideraría a Calles peligrosas como "cultural, histórica y estéticamente significativa" y la seleccionaría para su preservación en Registro Nacional de Cine.

Por el despliegue de dramas paralelos, El padrino II serviría como secuela y precuela al mismo tiempo.
Precuela: infancia de Vito Corleone (De Niro) en Sicilia hasta la fundación de la empresa familiar en Nueva York...Secuela: Michael Corleone (Al Pacino) como el nuevo Don de la familia, protegiendo a finales de los años 50 los negocios familiares...

Consagración

En 1974 se lo contrataría  para  El  Padrino  II, la gloriosa trilogía de Francis Ford Coppola. Su impoluta caracterización de Don Vito Corleone, crecido en la Sicilia del 1900 para luego teñirse del mafioso patriarca de uno de los clanes italianos  más  poderosos  de  la  Nueva  York  de los  años  50,  marcaría  un  punto  de  quiebre para  De  Niro...

En 1975, De Niro atraparía el Óscar en la categoría al mejor actor de reparto. Asimismo, este drama criminal ganaría a la mejor película, mejor director, mejor guion adaptado, mejor banda sonora original y mejor diseño de  producción. Sería la primera secuela en la historia en hacerse con el galardón a la mejor película. En 1993, se escogería a El padrino II para su conservación en el Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

Habida cuenta de la incidencia de fragmentos en lengua italiana, De Niro se recluiría cuatro meses en Sicilia para mamar este dialecto.


Se diría que para personalizar a Travis Bickle, De Niro habría trabajado un mes como taxista. La frase "¿estás hablando conmigo?", que De Niro improvisaría, se convertiría en una de las más famosas y contagiosas en la historia del cine.

En 1976 Taxi Driver, de Martin Scorsese. De Niro encarnaría  a  un  solitario,  insociable,  inestable y cinéfilo ex combatiente de Vietnam, con insomnio  crónico  y  devenido  a  raíz  de  ello en  un taxista nocturno de Nueva York. Internado en las salas de cine durante el día y prendado de Betsy -Cybill Shepherd-, una sensual rubia y voluntaria en una campaña política, lo que realmente obsesionaría a Travis Bickle sería la violencia, la sordidez y la desolación de la ciudad; vectores gracias a los cuales fraguaría un método de justicia  y  le  daría  un  giro  a  su  existencia...

Este papel eyectaría a De Niro a las primeras planas del firmamento cinematográfico...
De Niro competiría por el Globo de Oro, el Óscar y los BAFTA en el apartado a mejor actor. A su vez, la Academia nominaría a este drama para la mejor película, la mejor actriz de reparto y la mejor banda sonora. En 1994, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos describiría a Taxi Driver como "cultural, histórica y estéticamente significativa". Empire, el magacín de cine británico, la colocaría en el puesto 17 en su lista de las 500 mejores películas de la historia.

La pulcritud en sus desempeños se extendería a  Novecento;  un  drama  histórico  en  el  que  se discutiría los acontecimientos políticos y sociales de relieve en la Italia del 1900 a 1950 (el fascismo fundamentalmente). De Niro haría del  nieto  de  un  patrón  de  hacienda.

Novecento obtendría distinciones en lo individual (De Niro) y colectivo (mejor película europea) por parte de los Premios Sant Jordi de Cinematografía y del Premio Bodil, respectivamente 

En 1977, el romance musical Nueva York, Nueva York, de Martin Scorsese. Jimmy -De Niro-, un impetuoso y seductor saxofonista con apetito por establecer su banda. Francine -Liza Minnelli-, una retraída y visionaria vocalista de bares. Flechazo al instante. Nueva York, Nueva York transitaría en la ambivalencia de un romance que saborearía la toxicidad y la pasión por el jazz. 

Un fiasco comercial que pelearía por cuatro Premios Globo de Oro: mejor actor, mejor actriz, mejor película/comedia y mejor canción original. A De Niro se lo instruiría a tocar el saxofón (en la película sus escenas se doblarían).

El francotirador recibiría cinco Óscar en las categorías a: mejor película, mejor director, mejor actor de reparto, mejor montaje y mejor sonido. A De Niro se lo nominaría al igual que en los BAFTA y los Globo de Oro.  Al cabo de dos años, De Niro acondicionaba sus fortalezas. El advenimiento de un nuevo gran golpe se estaba por plasmar... 

Para  1978  El  francotirador.  Un  drama  bélico de los más angustiantes y controversiales, que desnudaría cómo la Guerra de Vietnam transformaría las rutinarias vidas de tres obreros siderúrgicos de una fábrica de Pennsylvania.  Detenidos  por  el  Vietcong,  se los sometería al cautiverio y las torturas. Lograrían   escapar,  pero   sus  desgarros  físicos y psicológicos los acompañarían irreversiblemente...

El Instituto Estadounidense del Cine la distinguiría como una las 100 mejores películas de la historia del cine estadounidense, además de ser "cultural, histórica y estéticamente significativa" para la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos... 
Un emocionante gesto del actor para con la ignota Meryl Streep, nominada como mejor actriz de reparto en los Óscar, Globo de Oro y BAFTA

La leyenda subiría 27 kilos y se acogería a un duro entrenamiento de boxeo

Toro salvaje, el filme de 1980 de Martin Scorsese, el marco para ese golpe. Jake LaMotta -De Niro- sería un paranoico, violento, mujeriego y celoso boxeador. Con la ayuda de su hermano y mánager, Joey, vería cumplido su sueño de volverse número uno de los pesos medianos;  sin embargo,  a  partir  de  allí  su vida se tornaría en un caos: el vínculo con su esposa iría progresivamente desgastándose. Por otro lado, cargaría con la presión de la mafia para  amañar  el  resultado  de  sus  combates...

Capaz de conjugar vigor y fogosidad con tristeza y pasividad, a De Niro se lo premiaría con el Óscar y el Globo de Oro de 1981: mejor actor). Previamente (1980), con el Consejo Nacional de Crítica de Cine al mejor actor. El Instituto Estadounidense del Cine acomodaría a este drama en el ranking 4 de las 100 mejores películas (2007). En 1990, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos estimaría a Toro salvaje de   "cultural, histórica y estéticamente significativa". 

Los BAFTA lo nominarían a mejor actor...
En 1982 el turno de El rey de la comedia, de Martin Scorsese. Una comedia negra y de culto a las celebridades y la cultura de medios estadounidenses, en la que un comediante aficionado, Rupert Pupkin (De Niro), empecinado con la fama, acosaría y raptaría a su ídolo, el cómico Jerry Langford -Jerry Lewis-, en su afán por  conseguir  su  objetivo...
Su amiga Misha sería la cómplice (de Rupert Pupkin)...

Una película no lineal desde el punto de vista cronológico...Su director, Sergio Leone, se alejaría del gremio luego de que se desvirtuara el sentido narrativo y se recortara su película; algo que redundaría en el fracaso de taquilla. Los Premios Sant Jordi de Cinematografía elegirían a De Niro como mejor actor extranjero (1985). Los BAFTA, a la mejor banda sonora (Ennio Morricone) y mejor vestuario.

En mayo de 1984 el drama criminal de coproducción italo-estadunidense, Érase una vez en América. Contextualizado en 1920, 1932 -tiempos de la ley seca- y 1968, Robert De Niro protagonizaría a David Noodles Aaronson, un gánster judío oriundo del barrio de Manhattan. Parte de una pandilla, hacia 1921 se lo sentenciaría  a 12 años de prisión por apuñalar a su ex jefe. Una vez recuperada la libertad, se reintegraría a una banda en auge la cual unos políticos contrataría para resolver ciertos asuntos  sindicales.  Pocos  días  antes del fin de la Prohibición, tres de sus amigos y compañeros serían asesinados en una redada de la policía de Nueva York. Atormentado y forzado a huir, confrontaría con ese sombrío pasado 35 años después... 


Meryl Streep cosecharía en 1985 un David de Donatello, el más prestigioso premio en Italia, como mejor actriz extranjera
El noviembre de ese 1984, Enamorarse. Romance navideño entre el arquitecto Frank Raftis - De Niro- y la bella artista gráfica Molly Gilmore -Streep-. Conocidos  de  forma  casual en una librería, pronto compartirían almuerzos, cafés y el amor por el otro, a pesar de estar casados...

Una de las exhibiciones, en este caso un cameo, menos convencionales y más extrañas de la leyenda. Hoy, una película de culto...

En 1985  se  lanzaría  Brazil. Este drama de ciencia ficción del director Terry Gilliam, transcurriría en  un  cosmos  futurista  distópico, inhumano, amenazado por el terrorismo y los ordenadores, y con un gobierno trasmutado en un aparato totalitario y burocrático. Un error informático  propiciaría  la  detención  indebida de  un  ciudadano  y  su muerte. Durante la visita de Sam Lowry -Jonathan Pryce-, un tecnócrata soñador, a la familia del fallecido, chocaría fortuitamente con la mujer provenida de sus sueños. Perseguida con ahínco, en su aspiración por disponer de información sobre ella se supeditaría a los antojos de su madre, una narcisista recalcitrante muy bien relacionada. Ante tal escenario, Lowry haría amistad con Harry Tuttle -De Niro-, un guerrillero saboteador, prófugo del estado. La muerte del ciudadano, su fijación con la mujer de sus sueños y Tuttle, perturbarían  la  tranquila  vida  de  Lowry...

Avalada por la crítica, esta parodia a la sociedad de consumo se haría con dos BAFTA a los mejores efectos especiales y diseño de producción, además de pujar por dos Óscar. La revista Time la agregaría en sus registros de las 100 mejores películas de la historia.

Algunas escenas se las filmaría y produciría en la isla San Martín, dentro de las Cataratas del Iguazú, entre otras locaciones de Argentina...

En 1986, La misión. Drama político-religioso con un telón de fondo coligado con las monarquías  europeas  y  el  Tratado de Madrid de  España  y  Portugal  en  1750  (límites  entre sus respectivas colonias en América del Sur).  El capitán Rodrigo Mendoza (De Niro), un cazador furtivo de indios guaraníes, ex traficante de esclavos, y quien sufriría la traición de su amante  y hermano (acto que lo empujaría a un duelo  mortal  con  este),  se acercaría a la orden jesuita San Carlos encabezada por el padre Gabriel (Jeremy Irons) y minada de indios guaraníes. Abrumado física y psicológicamente por la muerte de su consanguíneo y la de los indios  cazados, el padre Gabriel lo ampararía, e invitaría  a  la  reconciliación  consigo,  con  Dios, y sus antiguas víctimas. El cometido misional sangraría al apersonarse un nuncio de Su Santidad con la consigna de disolver diplomáticamente  la  Orden  y  no  exacerbar  a las potencias de España y Portugal.  La  lucha por la independencia entre los jesuitas de las misiones guaraníes y la política geoestratégica internacional del siglo XVIII,  sería  inevitable...

La misión ganaría un Óscar a la mejor fotografía; tres BAFTA en las categorías a mejor actor secundario (Ray McAnally), mejor montaje y mejor música (Ennio Morricone); dos Premios Globo de Oro a la mejor música y mejor guion, entre otros nombramientos...

En marzo de 1987 afloraría Corazón diabólico. Un thriller/terror psicólogo en el que un tal Louis Cyphre -De Niro- se haría de los servicios del investigador  Harry  Angel  -Mickey  Rourke-  con el  propósito  de  localizar  a  un  cantante  y  ex soldado herido en la Segunda Guerra Mundial. Conforme caminase la narrativa y se generasen misteriosas muertes, al parecer relativas  con la magia negra, un Harry Angel cada vez más involucrado cuestionaría la identidad de este enigmático y acaudalado sujeto... 


Otra de sus actuaciones de ese año (agosto, 1987) se daría en Los intocables. Para esta película  Robert  De  Niro,  en  la  piel  de  Al Capone, un adinerado contrabandista de bebidas alcohólicas y evasor de impuestos en los  tiempos  de  la  ley  seca,  se  afeitaría  la frente, aumentaría unos 15 kilos, aprendería a parlamentar como todo un político, y emularía su carisma y feroz temperamento, natural en este gánster de los años 20 y 30. Lo precisa de tales recreaciones, explicarían en buena parte el porqué de su apreciada interpretación. 
Dirigida por De Palma, este drama criminal percibiría más de 75 millones de dólares y se lo apuntaría en cuatro categorías de la Academia. Sean Connery ganaría el Óscar al mejor actor de reparto... 

El The New York Times se referiría a la performance de De Niro como de "oro puro". Los Globo de Oro lo nominarían a mejor actor...

En  1988,  la  comedia  Fuga  a  la  medianoche. El ex policía Jack Walsh -De Niro- tendría que capturar y entregar por 100 mil dólares a Jonathan Markukas -Charles Grodin-, un contable latoso fugado con dinero de la mafia. Para el desconocimiento de Jack Walsh, la mafia decidiría asesinar al contador, arrestado por este cazarrecompensas en Manhattan, por lo que ambos se convertirían en el blanco de un asedio  del  que  no  se  abstendría  el  FBI...


Los años 90...

En  febrero  de  1990  se  lo  incluiría  en  Cartas a  Iris;  drama  romántico  en  el  que  De  Niro interpretaría a un atento pero introvertido e iletrado cocinero, despedido del trabajo por ello, cuyas condiciones despertarían un buen día la curiosidad de Iris, una obrera viuda, madre de dos hijos, tan solitaria como él, y quien lo alfabetizaría...

A Buenos muchachos se la dotaría con un vendaval de reconocimientos. Joe Pesci abrazaría un Óscar como mejor actor de reparto. A De Niro lo nominarían en los BAFTA. La Asociación Nacional de Críticos de Cine la caratularía mejor película del año. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la declararía de "importancia cultural". Empire la ubicaría en la sexta posición dentro de las mejores 100 películas de todos los tiempos, etc.

En septiembre de 1990, Buenos muchachos, el drama criminal anclado en hechos reales de Martín Scorsese. Henry Hill, un adolescente vejado por su familia y embelesado por la turbia expresión social de su Brooklyn, abandonaría a los 13 años el colegio para sumarse a la facción del gánster local Paul Cicero -Paul Sorvino- y sus socios, Jimmy Conway -De Niro- y Tommy DeVito -Joe Pesci-. Pillo para sostenerse económicamente por sí mismo, Henry Hill asimilaría las dos lecciones más convenientes para su vida:  "Nunca  traiciones  a  un  amigo" y "mantén siempre la boca cerrada"; apotegmas conferidos por permanecer en silencio en una audiencia  en  la  corte.  Ya  de grande,  con  un Henry -Ray Liotta- en el pináculo de esta organización, los hechos se enfocarían en seguir la caída de estos cuatro delincuentes tras tres décadas  activos...

Económicamente, los dividendos de Buenos muchachos rosarían casi el doble de lo presupuestado: 47 millones de dólares. 

De Niro abrocharía ese 1990 con el drama Despertares basado en la autobiografía del neurólogo  Oliver Sacks,  descubridor  en  1969 de los beneficios temporales de un precursor metabólico  conocido  como  L-dopa,  utilizado para el mal de Parkinson. Despertares presentaría a Malcolm Sayer -Robin Williams-, médico de un hospital de Nueva York,  investigar el síndrome de la catatonia y su posible tratamiento. Un día desarrollaría una teoría con el fármaco de la L-dopa, gracias a la cual llevaría adelante su prueba inaugural en Leonard  Lowe  (Robert De Niro),  uno  de  sus pacientes...
Valorada satisfactoriamente, los Óscar nominarían a Despertares en los rubros a mejor película, mejor guion adaptado y mejor actor -De Niro-. El Consejo Nacional de Crítica de Cine lo ponderaría junto a Robin Williams como mejor actor. Huella nuevamente positiva para el estadounidense. 

Las expectativas de este provocativo, osado, explícito y sexual remake, se cumplirían con holgura para De Niro, opción para el Óscar y los Globo de Oro, y compañía...

En 1991 abordaría el thriller psicológico Cabo de miedo, de Martin Scorsese. Fiel a sí mismo, se plantearía la tarea fisonómica y psíquica del psicópata  Max Cady, un ex  reo  cuyo  odio  por viejo  abogado  motivaría  su  intimidación  y  la de la familia, de un modo vehemente y avasallante. Acortaría un 3% el índice de grasa corporal, erosionaría su dentadura para que esa apariencia parezca más agresiva, se encolaría solubles tatuajes vegetales, y se movilizaría a ciudades sureñas para amoldarse al acento vocal imperante en el espacio de esta película.

Cabo de miedo recaudaría más de 180 millones de dólares

Inspirada en las memorias de Tobias Wollf

En 1993 llegaría el drama Vida de este chico, de Michael Caton-Jones. Una madre sola, Caroline -Ellen Barkin-, y su hijo Toby -Leonardo DiCaprio- se marcharían de la ciudad para dar con una nueva vida. Recalarían en un poblado de Washington donde la presunta suerte los aguardaría. Caroline se  cruzaría  con  Dwight  -De  Niro-, un  educado y amable mecánico con el que más tarde se casaría. Sin alucinarlo, pronto  la  oscuridad  la  cubriría  por  completo. La realidad desbarataría la falacia. Dwight derramaría toda su rabia para con el hijastro, de postura rebelde en la escuela. Toby maduraría al  ritmo  de  los  daños  tragados  y de la necesidad por librarse con Caroline de un entorno  imposible  de  resistir.


En 1994, De Niro se  zambulliría  en  un  género tenuemente explorado: el terror. Desempeñaría a la criatura de Frankenstein de Mary Shelley, del director Kenneth Branagh. Las críticas bailarían en la mixtura. Mientras algunos subrayarían la ambición de esta película y su regocijo por la actuación de la criatura, otros destacarían la falta de susto y una faceta caricaturesca de esta. Poca atención local. No así  en  el  extranjero.   


De Niro regresaba al universo criminal

En 1995 se lanzaría Casino, de Martin Scorsese. Aquí  personificaría  a  un  judío-estadounidense -Sam "Ace" Rothstein- versado en las apuestas, asociado con la mafia, y llamado por esta para supervisar  un  club  en  Las Vegas.  Un día,  los jefes  le  enviarían  a  un  amigo  de  la  infancia, el  ajustador  de  cuentas y matón Nicky Santoro -Joe Pesci-,  para  que  cuidara  de  él  y  del negocio. Nicky, no obstante, trazaría otros planes...

Casino recogería óptimas críticas pese al excesivo manejo de la violencia. Sharon Stone se granjearía un Globo de Oro como mejor actriz por su rol de estafadora y esposa de Sam.

De Niro y Al Pacino compartirían escena por primera vez en sus carreras. La congregación de este dúo atraería a los medios puesto que su talento solía compararse reiteradamente. 

Esa temporada (1995) también se lo disfrutaría en Fuego contra fuego; la celebérrima película policíaca del director Michael Mann. Robert De Niro representaría al impávido Neil McCauley, un ex convicto líder de una avezada banda asaltante de  bancos.  Otro  fenómeno  a  bordo, Al Pacino, en calidad de Vincent Hanna, un aguerrido e implacable teniente de la división de Robos y Homicidios de la Policía de Los Ángeles. Michael Mann y su staff gozarían de suma perspicacia a la hora de desplegar el argumento y revestirlo con un guion sin clichés. Mas no solo en eso. La  composición del resto del elenco sería ese otro sustantivo acierto: Val Kilmer, Jon Voight, Ted Levine, Tom Sizemore,  Ashley  Judd,  Natalie  Portman...  

Esta embestida a la entidad bancaria se traduciría como una las más excelsas secuencias de acción jamás filmadas. 

Con un rendimiento de 187 millones de dólares, Empire alojaría a este thriller policíaco en el puesto 38 en su listado de las mejores 500 películas de todos los tiempos. Un éxito total. 


En 1996, el drama novelesco Los hijos de la calle.  En  un  barrio  marginal  de la  Nueva York de los años 60 apodado la Cocina del Infierno, cuatro  jóvenes  corrompidos  por  un  traficante de drogas perpetrarían un robo e intento de homicidio,  gracias   a   lo  cual  se   los   remitiría a una prisión de menores, el Reformatorio Wilkinson. Reducidos por parte de los guardias con palizas y violaciones, hallarían esa guía moral en las visitas del padre Bobby -De Niro-. Al salir en libertad, ya adultos, dos de estos cuatro amigos, líderes de bandas criminales, matarían a sangre fría a uno de sus ex guardias con el que se toparían. Aprehendidos y enjuiciados, harían del falso testimonio del padre Bobby la estratagema para su absolución.


Este libreto de tintes políticos reuniría la particularidad de ofrecer a De Niro en un comando dual: actor y coproductor
En 1997 Mentiras que matan; una comedia negra conducida por el director Barry Levinson. Al presidente de los Estados Unidos se lo pescaría in fraganti en un affaire en la antesala a su reelección. Para torcer el eje de la detracción, la asistente presidencial lo vincularía con el relacionista público Conrad Brean -De Niro-, quien a su vez acudiría al productor de Hollywood Stanley Motss -Dustin Hoffman- para así producir un cobertizo de humo: una guerra ficticia en Albania con el mandamás disfrazando un remate épico ante las  cámaras  de  televisión... 
 Los Globo de Oro nominarían a Mentiras que matan en los rubros a la mejor comedia, al mejor actor, y al mejor guion adaptado. Los Óscar, a Dustin Hoffman como mejor actor, y al mejor guion adaptado.

Otra película de ese año, Tierra de policías, un drama policíaco con Sylvester Stallone, Harvey Keitel, Ray Liotta y Robert De Niro... En la ciudad de Garrison, Nueva Jersey, se concentraría la corrupción interna de oficiales policíacos, procedentes de Nueva York. Su sheriff, -Sylvester Stallone-,  decente  a  la  vez  que  frustrado  por no  ser  un oficial  como  ellos  a  causa  de  su sordera en un oído, no ignoraría esto, pero a priori se mostraría reacio a incriminarlos. El ataque a  dos afroamericanos y otras sucesivas muertes concientizaría a este sheriff, quien con la asistencia del teniente de Asuntos Internos -Robert De Niro- y algún leal policía, lograría  dirimir  el  caso... 


En 1998, en Niza y París se originaría Ronin. La leyenda encarnaría a Sam, un mercenario ex soldado de fuerzas especiales que junto a un cuarteto, entre ellos Vincent -Jean Reno- y un venidero traidor, pugnaría por apoderarse de un maletín de contenido presumiblemente siniestro. Aceptable labor de De Niro.

Los Globo de Oro nominarían a Analízame en los rubros a la mejor comedia y mejor actor (De Niro). Recaudaría casi 177 millones de dólares.
En 1999 se estrenaría Analízame, una comedia de gánsteres dirigida por Harold Ramis. Paul Vitti -De Niro-, uno de los jefes mafiosos más temidos de Nueva York, lidiaría con agudos ataques de ansiedad y pánico derivados de una estéril venganza a su enemigo, la familia Sidone, autora del atentado a un hombre de su séquito. Infiriendo que él era a quien se había tratado de asesinar y que precisaba de un psiquiatra, se recostaría azarosamente en el doctor Ben Sobel -Billy Crystal-, quien lo atendería en detrimento de su privacidad y programada boda. Más adelante, en la víspera a un congreso concertado  con la  Comisión (mafia americana), Vitti  sufriría  otro  episodio de pánico no sin antes surfear en la telaraña maquinada por el FBI, quien con un manipulado Ben Sobel como colaborador, pretendería arrestar a las partes de ese cónclave mafioso y así impedir un eventual  conflicto  entre  los  Vitti  y  los  Sidone. 
En 2002 saldría la secuela, Analízate. Paul Vitti en la cárcel eludiendo a quienes querrían ajusticiarlo. El doctor Ben Sobel, su tutor una vez excarcelado. Sus antiguos rivales, al acechos...

La familia de ni novia se difundiría en más de 40 países... 

Para el 2000, De Niro asomaría en la comedia La familia de mi novia. Este remake enseñaría al torpe pero noble enfermero Greg Focker -Ben Stiller-, inmerso en el desafío de conocer a los suegros de su novia Pam -Teri Polo-. El papá, Jack Byrnes -De Niro-, un ex de la CIA, no lo vería con buenos ojos, más aún al desatarse una  serie  de  desventuras  en  torno  a  Greg, por lo que apelaría a todo su ingenio para desacreditarlo  ante  la  hija  y  el  resto.

Con utilidades calculadas en los 330 millones de dólares -lo que la consolidaría a La familia de mi novia entre las películas más codiciadas de ese 2000-, se la realzaría con los Premios Elección del Público. A Ben Stiller, con los MTV Movie & TV Awards y American Comedy.

Drama biográfico. Basada en la vida de Carl Brashear, Hombres de honor se haría con cuantiosos elogios.  
Coronaría ese 2000 con Hombres de honor. De Niro ejecutaría a Billy Sunday, un alcohólico, resentido y racista instructor de buceo en la escuela de la Armada, asignado para doblegar con distintos maltratos y humillaciones al perseverante e idealista afroamericano Carl Brashear; pionero a la hora de convertirse en jefe-mayor de la Marina de  los Estados Unidos.

La única función de Robert De Niro y Marlon Brando juntos
En 2001 Cuenta final, del director Frank Oz. El ladrón Nick Wells -De Niro- se embarcaría en un último robo antes de abandonar el mundo del crimen y vivir en paz con su novia: una invaluable joya escondida en un edificio de aduenas en Montreal. Para ello, su socio y amigo Max -Marlon Brando- lo ligaría con Jackie Teller -Edward Norton-, un joven de pseuda personalidad múltiple que no se privaría de engañarlo. ¿Qué ocurriría con la obra de arte?

En 2004, reflotaría Jack Byrnes en la comedia Los Fockers: La familia de mi esposo. Un último reto quedaría por superar en Greg, alias Gaylord, para su boda con Pam:  presentar  en un fin de semana a los Byrnes con sus liberales y descocados padres -él, abogado y amo de casa (Dustin Hoffman); ella, terapeuta sexual de la tercera  edad  (Barbra  Streisand)-.


En 2005 De Niro haría frente al psicólogo y viudo David Callaway, en Mente Siniestra. Un suspenso cuyo análisis rozaría lo negativo más allá del estallido en términos lucrativos: 122 millones de dólares. Párrafo aparte para Dakota Fanning.  Muy  aplaudida  por  cómo  reflejaría  a  la  pequeña  Emily  de  9  años,  la  hermética y recelosa hija de Colleway cuya amistad entablada con Charlie, una figura ilusoria, amenazaría  todo  el  entorno  de  su  nuevo hogar  en  el  campo.  Con  aparente  trastorno de personalidad, en el cierre se desvelaría la verdad.

En 2008, De Niro se rencontraría con Al Pacino para el thriller Las dos caras de la ley. Sin papeles antagónicos en esta oportunidad. A dos detectives casi retirados, Turk (De Niro) y Rooster (Al Pacino), se les encomendaría la investigación del inquietante crimen a un proxeneta, enredado a su vez en un anterior caso zanjado por ellos. En el cuerpo de la víctima se observaría un poema que justificaría su exterminio. A medida que los crímenes del supuesto artífice fueran creciendo, los detectives descifrarían la perversa finalidad de este asesino en serie: eliminar de las calles a todos aquellos que burlasen  la  ley... 

Remake de la película italo-francesa Stanno tutti bene, de Giuseppe Tornatore
En 2009 se proyectaría la comedia -remake- Todos están bien. Frank Goode -De Niro-, un enfermo pensionado recientemente enviudado y apesadumbrado por no recibir la pactada visita de sus cuatro hijos, desobedeciendo lo sugerido por los médicos, se arrojaría a un viaje en tren en sentido a lo de estos. Se precipitaría una cadena de situaciones excitantes y dolorosas para el absorbente Goode. La muerte y la resiliencia  se  colarían  una  vez  más...
Si bien a esta propuesta se la tildaría de deprimente y depresiva, a De Niro se lo juzgaría enérgico y conmovedor -los Premios Hollywood lo escogerían mejor actor-. Opiniones opuestas en definitiva. 

En  diciembre  de  2010,  la  tercera  parte  de  la saga La familia de mi novia. Ahora, Los pequeños  Focker.  Pam  y  Greg parirían mellizos -un  nene  y  una  nena-. Cegado por su neurosis, la civilizada comunidad que el autoritario y escéptico Jack finalmente forjaría con su yerno, al que impulsaría a ser el Padrino Focker para cuando él muera, se esfumaría al arribar Greg a una firma farmacéutica. Con el cumpleaños de sus nietos, ¿recobraría Jack la fe en Greg?, ¿se plantaría  Greg  como  el  señor  de  la  casa?


En 2011 Sin límites. Suspenso de ciencia ficción en el que De Niro protagonizaría a un magnate de Wall Street, Carl Van Loon, ávido por materializar una fusión corporativa monopolista con el auxilio de Eddie Morra -Bradley Cooper-, un escritor inicialmente en crisis, cuya vida daría un vuelco dramático después de incrementar de manera revolucionaria su potencial cognitivo con la píldora NZT, una droga que probaría gracias al ex cuñado. Van  Loon demostraría un irreprimible interés en Morra al comprobar sus insólitos logros comerciales. No se demoraría un grupo de maleantes en procurar hacerse con la NTZ  y quitar del medio a Morra...


En ese misno 2011, Asesinos de élite. Al sicario Danny Bryce -Jason Statham-, un rey depuesto y moribundo  de  una  diminuta  región  de  Omán lo conminaría con un delicado y muy riesgoso encargo:  liquidar  con  su  equipo  a  un  trío  de ex agentes del SAS (Servicio Especial Aéreo británico), responsables del deceso de tres hijos de este jeque en la Rebelión de Dhofar, para asegurarse la liberación de Hunter -De Niro-, un compañero y amigo secuestrado por fallar en un trabajo. En plena búsqueda de dos de los objetivos, emergería Spike Logan -Clive Owen-, cabeza de una alertada sociedad secreta de ex miembros del SAS, The Feather Men, y a quien se mandaría  a  investigar...
Basada en hechos reales

En marzo  de  2012,  el  drama  Viviendo  como un Flynn. De Niro haría las veces de un narrador de cuentos, padre ausente, alcohólico y desempleado -lo expulsarían del trabajo-, que aterrizaría casualmente en el albergue para los sin techo administrado por el hijo -Paul Dano- en sus ratos libres. De  allí en más, el aire de los dos se tornaría un torbellino... 

La prensa calificaría de regular esta idea del director Paul Weitz. La contracara, el balance hacia el experimentado cineasta. El columnista y crítico Richard Roeper afirmaría: "De Niro vuelve a la forma de genio al ser Flynn". 

El Instituto Estadounidense del Cine la proclamaría película del año (2012)

La cortina de ese año se bajaría con la comedia romántica  El lado luminoso de la vida. Aquí De Niro retornaría a las máximas planas para los especialistas. Protagonizaría a un padre desocupado y hospitalario para con su hijo Pat -Bradley Cooper-, soltado de una institución  mental  por  y luego  de  agredir al amante de su ex esposa Nikki -Brea Bee-. Determinado  a  reconquistarla,  al  tropezar  con la viuda y problemática Tiffany Maxwell -Jennifer Lawrence-, Pat advertiría en ella la vía para comunicarse con Nikki, no sin pagárselo con un favor. A pesar de mutuas suspicacias en el comienzo, raudamente surgiría entre ellos una singular conexión que les posibilitaría degustar el  lado  bueno  de  las  cosas.


Con costos por 21 millones de dólares, El lado luminoso de la vida recaudaría más de 230....
Se la premiaría con numerosos laureles. A Jennifer Lawrence, por ejemplo, con un Óscar, un Globo de Oro, los Premios Satellite, Premios del Sindicato de Actores y el Premio de la Crítica Cinematográfica en la categoría a la mejor actriz. A De Niro, los Óscar lo nominarían a mejor actor de reparto; imitarían los Premios del Sindicato de Actores, el Premio de la Crítica Cinematográfica y los Premios Satellite. Por su lado, lo gratificaría el Festival de Cine de Hollywood y la Sociedad de Críticos de Cine de Detroit. 

En  diciembre  de  2013,  Ajuste  de  cuentas. Una descolorida comicidad en la que dos boxeadores, curtidos paladines próximos a jubilarse, -Billy The Kid Mcdonnen (De Niro) y Henry Razor Sharp (Sylvester Stallone)-, se enfrentarían en una tercera contienda a tres décadas  de  la  última.  

En 2017, El  mago de las mentiras. Emitida por HBO, narraría la investigación del escandaloso derrumbe financiero de 2008, el más infame colapso piramidal en Estados Unidos, en virtud de  la  audaz  estafa  del  titular  de  uno  de  los conglomerados de inversión más notorios de Wall Street, el empresario y corredor de valores Bernie Madoff  -De Niro-.


Infelizmente, con la salvedad de esta última producción, por aproximadamente un lustro (2014/19) la leyenda no atravesaría de la sobriedad y la palidez propia o de la película, o de la flaca injerencia de sus personajes. Algunos ejemplos de esto: Una familia peligrosa; Caza humana; Último viaje a Las Vegas; Escándalo americano; Pasante de moda; Joy: el nombre del éxito; Mi abuelo es un peligro; Manos de piedra; El comediante...

De Niro rebrotaría en 2019 con un par de mega producciones: Guasón y El irlandés.

Guasón se instalaría para la clasificación R (películas no aptas para menores de 17 años a menos que las vean acompañados de un adulto) como la película más rentable de la historia:  más  de  1  mil  millones  de  dólares.  A nivel general, en el escalafón 31. Robert De Niro protagonizaría a un entrevistador televisivo al que una  inimaginable  fatalidad  lo  impactaría.

Los Óscar seleccionarían a Guasón en once categorías, galardonándola en dos: mejor banda sonora y mejor actor -para el encomiable Joaquin Phoenix en el traje del insano, degradado e ingenuo payaso-. Los Globo de Oro, idénticos rubros. Los BAFTA, a mejor actor (Phoenix), a la mejor música original y al mejor casting. De las muchas condecoraciones...

Adaptación del libro biográfico I Heard You Paint Houses, de Charles Brandt

En lo que  respecta a la película dirigida por Martin Scorsese, con una nómina sugestiva, El irlandés relataría uno de los grandes entresijos con nexos políticos y sin saldar del país. En la Filadelfia de los años 50, el camionero Frank Sheeran -De Niro-, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, se adentraría en el submundo de la estafa y el delito organizado al unirse con el jefe de la familia criminal de Northeastern Pennsylvania, Russell  Bufalino -Joe Pesci-. Poco después, a través de Russell Bufalino, Sheeran conocería  a  Jimmy  Hoffa  -Al Pacino-, activista sindical y líder de la Hermandad internacional de  camioneros,  enlazado  económicamente  a los Bufalino, y a quien Sheeran en un comienzo custodiaría  y  en  los  años  70  asesinaría...

El Irlandés sería objeto de diversas premiaciones. Resaltamos el Premio de la Crítica Cinematográfica al mejor reparto actoral, el del Consejo Nacional de Crítica de Cine a la mejor película y al mejor guión adaptado; las diez candidaturas al Óscar, las diez a los BAFTA y las cinco a los Globo de Oro. El Consejo Nacional de Crítica de Cine la votaría mejor película de 2019. 

El bautismo de De Niro como director: película entretenida, incisiva y respetable... En diciembre de 2016, De Niro codirigiría Una historia del Bronx como una obra musical en Broadway.

Director

Aunque la reputación ahorrada en más de cincuenta años se anudaría a la actuación, De Niro viraría en un par de pasajes a la dirección. Influenciado por Scorsese, en 1993 lanzaría su primera película: el drama Una historia del Bronx. Sonny -Chazz Palminteri-, un gánster de los años 60 del distrito del Bronx, se encariñaría con el tierno Calogero de 9 años -Francis Capra-, testigo callado, no declarante, de un asesinato cometido por Sonny, y obnubilado con el alto voltaje de su vecindario. Entretanto su padre, Lorenzo Anello -De Niro-, un honesto chofer de autobús, al prevenirse de que Calogero estaba trabajando en el bar de Sonny, los reprendería a ambos, pues desaprobaría el vínculo. No obstante, su aturdido hijo se dividiría entre la rectitud e integridad, y esa fascinación por Sonny y sus costumbres, a quien dicho sea de paso visitaría a escondidas. Enfrascado en este dilema moral, un día, ya con 17 años y Sonny  muerto,  tomaría  una  decisión...  

La leyenda también sería uno de los protagonistas...

En 2006 dirigiría su segunda película: El buen pastor. Un drama verídico sobre la vida y la carrera  de  Edward  Wilson,  oficial  de  la  CIA, (uno de sus fundadores), y de la Oficina de Inteligencia Naval. De Niro actuaría con Angelina  Jolie  y  Matt  Damon...
Para The New Yorker, "una de las películas más impresionantes sobre el espionaje jamás hecha". Para diario El Mundo, "inteligente, complejo y perturbador retrato de la CIA". Para diario ABC, "en todos los sentidos grande y sólida. Larga, pero tan elocuentemente narrada que se abre con claridad ante el espectador. Matt Damon está perfecto".

Ámbito privado

En  1976,  De Niro  contraería  matrimonio  con la actriz y vocalista Diahnne Abbott. Traerían a Raphael, nombrado así por el hotel de Roma en el que se lo concebiría. De Niro adoptaría a Drena, la hija de la anterior pareja de Abbott. En 1988 se separarían. De 1985 a 1996, mantendría una relación con la modelo y actriz Toukie Smith. Fruto de esta y por una fertilización in vitro, los gemelos Julian Henry y Aaron Kendrick. En 1997 desposaría  a  Grace  Hightower,  una  cantante y actriz doce años más joven a  la  que conocería en 1987 en Londres. En 1998, darían a luz a Elliot. En 2003, a De Niro le diagnosticarían cáncer de próstata.Intervenido quirúrgicamente, se efectúa regularmente chequeos clínicos. En 2004 De Niro y Hightower  renovarían  los  votos.  Hacia el 2011 nacería Helen Grace, engendrada por un vientre de alquiler. En marzo de 2016, notificaría que su hijo Elliot padece autismo. En 2018,  se  oficializaría  la  ruptura  con  Grace Hightower.


Negocios y patrimonio 

A finales de los años 80, cofundaría el estudio de cine y televisión TriBeCa Productions. En 2002, se instituiría el Festival de Cine de TriBeCa. Desde  el  2013,  es  uno  de  los  accionistas  de la cadena de hoteles y restaurantes Nobu; operativa  en  los  cinco  continentes.  Regentea  el Greenwich Hotel, de las boutiques más glamorosas de la Gran Manzana, Nueva York. Se cree que su fortuna rondaría en los 500  millones  de  dólares. 


Apéndice

En 1986, De Niro irrumpiría en el terreno teatral. Cuba y su osito de peluche, de Reinaldo Povod, la obra. Ofertada en Broadway, Nueva York, Cuba y su osito de peluche hablaría de Joseph Cuba -De Niro-, un narcotraficante y padre  indulgente  sostenido  por  el  orgullo  y la esperanza hacia su hijo Teddy -Ralph Macchio-, un aspirante a poeta de 16 años. Cual espejo de su padre, y aprovechando la ceguera de este, Teddy sucumbiría al atractivo de la calle y a la perversión  de  la  heroína... Incluso antes de su estreno, Cuba y su osito de peluche agotaría todas  las  entradas.
En 1993, a De Niro se lo mimaría con el León de Oro Especial que el Festival Internacional de Cine de Venecia otorga anualmente a aquellos que en sus distintas formas aportan al séptimo arte. 
En 2000, recibiría el Premio Donostia del Festival  de  San  Sebastián. 
En 2011, se lo designaría el 64º presidente del jurado del Festival de Cannes. Por otro lado, se le concedería el Premio honorífico Cecil  B. DeMille.
Firme simpatizante del Partido Demócrata, prestaría apoyo a Al Gore en las elecciones presidenciales  de  2000,  y a John Kerry en las de  2004.

Siendo zurdo, escribiría y realizaría actividades con la mano derecha donde el personaje así lo habría de demandar. Un verdadero mentiroso.