Frank Sinatra
Sabido es, que el universo musical constituye uno de los que más pasiones enciende. Provocadas por los sonidos instrumentales, las voces y sus letras, tales pasiones se ven acentuadas generalmente por ese show unipersonal que los artistas exponen. En consecuencia, estos se vuelven blanco del amor y admiración cuyos fanáticos les obsequian. A lo largo de la historia de los distintos géneros, encontraremos a un sinfín de líderes de época. No obstante, solo unos pocos ser cautivos de lo atemporal. Solo unos pocos, ser sujetos de esa desgracia divina...
En el caso que nos convoca, la celosa precisión en el fraseo, el claro dominio en el control de la respiración, el bellísimo timbre de voz, ese congénito carisma, las emotivas letras de sus canciones, y una visión precursora con el uso de la amplificación del sonido, lo que asimismo le posibilitaría situar su voz por encima de la acústica de la orquesta y adquirir un alto grado de intimidad con los oyentes, desnudarían el cómo y el porqué de esa fascinación por sus interpretaciones, la irrupción en los sentimientos y corazones de millones, pero por sobre todo, la irremediable extinción de las que serían objeto las leyes de la finitud al torcer este su propia naturaleza. De todo esto que se despegue tal vez, el que cientos de analistas y amantes lo reseñen como la Voz; la Voz con que esta imperecedera leyenda mejor habría de honrar al jazz a lo largo y ancho de todo el siglo XX. La vida y obra de Francis Albert Sinatra, inicia de esta forma...
Nacería un 12 de diciembre de 1915 en la ciudad de Hoboken, Nueva Jersey, Estados Unidos. Único hijo de inmigrantes italianos, su madre, Natalina Garaventa, más tarde llamada Dolly Sinatra, era comadrona y portavoz de su distrito para el Partido Demócrata. Tareas socio-políticas la obligarían a ausentarse reiteradamente del hogar. Reacia a las normas, se la aprehendería al probársele prácticas de abortos punibles. El padre, Saverio Antonino Martino Sinatra, boxeador, bombero y propietario de una taberna.
A los 10 años, Frank ya se animaría a cantar en la taberna del padre. Imitaría tanto en su forma de vestir como de cantar a los cabecillas de turno: Bing Crosby, su héroe y máximo referente, Al Jolson... Afloraba su gusto por la música.
En 1932 conocería a Nancy Barbato, su esposa a partir de 1938. Para esos años, y ayudado por la habilidad cobrada en bares y cantinas, asistiría -persuadido por un tal Carlos Gardel- junto a un trío -The Hoboken Four- al concurso de radio Major Bowes Amateur Hour. Ganarían el primer puesto, y a raíz de esto, emprenderían una gira patrocinada por el programa. Si bien a los tres meses desavenencias con sus compañeros causarían su alejamiento de la gira, Sinatra ponía en marcha así su carrera...
De un gran parecido con Bing Crosby para entonces, su ambición por querer sobresalir lo llevarían gradualmente a sonar diferente de este y el resto. En consonancia con estas mutaciones, se dispondría a enfrentar su primer escollo técnico: la falta de potencia y proyección en la voz. Astuto y venturoso, las pruebas con micrófono en las tiras radiales intercederían en ese pleito de hacerse oír cómo y dónde quisiera. Con esta onda expansiva promovida gracias al micrófono, más sus conciertos inaugurales, raudamente Estados Unidos sería testigo del salto de Frank Sinatra a la fama.
En 1939, entraría en la orquesta de Harry Arden, lo que le permitiría salir por una emisora de Nueva York todas las noches. No se demoraría el trompetista Harry James en resaltar su talento e incorporarlo a su nueva orquesta. Con este grabaría alrededor de diez canciones. Las exposiciones aquí no se caracterizarían por la pomposidad. Por el contrario. El vocalista (Sinatra) debería ajustar su tono de voz al de la música orquestal: un tono suave, lento, melódico, al servicio de un swing que incitaba al baile en pareja.
Sin el crédito añorado habida cuenta de que las reglas marcaban que este pertenecía a su líder, es decir a Harry James, Sinatra suscitaría la atención de la prensa y los espectadores alimentando dos de las que serían sus mayores fortalezas como artista: la confianza en sí mismo y su depuración en el fraseo...
Lamentablemente, inconvenientes financieros empujarían a la orquesta al borde de la disolución. Circunstancias nada amigables supondrían para Sinatra y la mujer, Nancy Barbato, la compinche fiel en sus maratones incluso estando embarazada.
Estrellato
En los albores de 1940, el trombonista Tommy Dorsey lo contrataría para suplir la ida de Jack Leonard. Posteriormente, Sinatra lo bañaría en halagos al referirse a su influencia: ''Con él aprendí todo sobre la dinámica, el fraseo y el estilo por la forma en que tocaba su trombón. Tommy Dorsey fue para mí un verdadero maestro tanto en la música como en el negocio". En este tramo se impondría otra metamorfosis de calibre para esta leyenda. La orquesta de Dorsey, cuyo repertorio serían las baladas y su estilo más pausado, relajado y puntilloso a diferencia de la orquesta de Harry James, le facilitaría a Sinatra esa injerencia que tanto perseguía: primer plano en la orquesta. Además de desprenderse de ese rol de mero acompañante vocal, también oscurecería la tonalidad de su voz... Su gesto más lucrativo, no obstante, radicaría en las salidas de radio entre octubre de 1940 a abril de 1941 con la orquesta de Dorsey. Interpretarían canciones de compositores aficionados las cuales escucharían millones de personas. Otros factores directos en su protagonismo de esos días, Sinatra lo descubriría en ciertos arreglistas musicales, fundamentales de aquí en más para su carrera. Algunos de ellos: Axel Stordahl, Sy Oliver, Paul Weston, etc.
En 194o, la revista estadounidense Billboard ubicaría en el puesto número 1 a la ejecución que, en compañía de Dorsey, Sinatra haría del tema I Will Never Smile Again. Al año, directamente desplazaría a Crosby en la lista de los mejores cantantes masculinos de Billboard.
Otras tradicionales canciones de esta etapa: Fools Rush In; Stardust; Everything Happens To Me; This Love Of Mine; I'll Be Seeing You; This Is The Beginning Of The End; East Of The Sun; Without A Song; Blue Skies; Violets For Your Furs; The Night We Called It A Day; The Song Is You; y Night and Day. En septiembre, le comunicaría a Dorsey la intención de retirarse de la orquesta para así forjar un camino individual. Su partida se concretaría en 1942, mas no en buenos términos: Dorsey accedería a una rescisión de contrato, no sin garantizarse una tercera parte de los futuros dividendos de Sinatra en régimen vitalicio. Un tedioso lapso le aguardaría hasta poder huir de esta leonina cláusula...
Columbia Records
En 1943, y por casi una década, Frank Sinatra aterrizaría en la discográfica Columbia Records con un salario de un millón de dólares al año. Con la dirección musical de Alex Stordhal, rodaría con dos orquestas de la American Federation of Musicians -1942-44 y 1948-. De 1944 a 1947, se abocaría a grabaciones de estudio y a la radio. Justamente, su aclamado programa radial, El show de Frank Sinatra, se mantendría en antena y por distintas emisoras durante catorce años (1944/58). Para 1949, se conectaría con otros astros musicales. Inevitablemente, se lo instalaría como el representante por excelencia de la música popular estadounidense, y en una figura de envergadura para el ámbito internacional. En esta etapa, también, las grandes bandas -big bands- se sumergerían en un espiral de decadencia, acordándose así el paso a una nueva expresión musical cuyos principios se concentrarían en la modernización sonora, y en sus vocalistas arreando esas banderas. Otra transformación de relieve, el aprecio que en la orquesta se le entregaría a los violines en contraposición con antaño, cuando Sinatra cantaba para esas orquestas de baile en las que eran menos utilizados.
En 1946, entonaría para su espacio radial el tema I've Got You Under My Skin de Cole Porter. De los más adorados por Frank, con el devenir condenado a un reputado hit -la versión de 1956 con Milt Bernhart en el trombón, un nítido ejemplo-. En 1947, I've Got A Crush On You de Ira y George Gershwin. Otro de sus cautivadores covers -con un hermoso solo del trompetista Bobby Hackett-, aunque de menor impacto y repercusión en relación al propuesto con el director Nelson Riddle en los años 60. En 1951, Sinatra grabaría este tema para la película estadounidense Te presento a Danny.
Capitol Records
Para sorpresa y desagrado de ciertos miembros de la compañía Capitol, quienes veían en Sinatra a un artista acabado y polémico, en 1953, el ejecutivo musical Alan Livingston del propio sello discográfico Capitol Records, notificaría su arribo.
En noviembre de 1953, Sinatra entonaría I Get A Kick Out Of You de Cole Porter. De las más atrevidas y sofisticadas letras que se hayan diagramado en esos tiempos (1934), y para Sinatra la más fina interpretación de un tema de Porter -para la variante cinematográfica de 1936 se reemplazaría un pasaje que aludía a la cocaína-.
En febrero de 1955, In The Wee Small Hours Of The Morning de David Mann y Bob Hilliard. Para los especialistas, de lo más calificado de Sinatra. En agosto, Time sacaría en la portada su rostro y un compendio que indicaría: ''En la actualidad, es el mejor del mundo del espectáculo. A punto de cumplir los 40, ha encaminado un segundo ciclo que promete ser más brillante que el primero".
Las ganancias para ese entonces oscilarían en los 4 millones de dólares por temporada. Para el ocaso de los años 50, Sinatra aspiraría infructuosamente a librarse de Capitol al endilgarle ciertos obstáculos. Deseaba que las cosas funcionasen a su voluntad: seleccionar las melodías, grabar cuando lo exigiese, fijar el lanzamiento de discos en los plazos que más considerase...
Recién para 1961 Sinatra firmaría un convenio mediante el cual su aventura con Capitol Records quedaría terminada. Con el propósito de disfrutar de una mayor libertad artística para con sus grabaciones, el cantante levantaría Reprise Records, su flamante sello discográfico...
Reprise Records
La formación de Reprise traería consigo y por un dilatado margen pesadumbre multicolor. Acostumbrado a los golpes del elogio, lo embestirían por algo más de un decenio las múltiples desdichas. El brote y cuasi monopolio de Los Beatles y el pop en general, cargos en su contra vinculados al juego en Las Vegas, el secuestro del hijo, la muerte del padre (1969) y de la madre en un accidente aéreo (1977), la constante intervención cinematográfica, su entrometimiento en política, y una disfunción en la mano derecha que le ocasionaría la paulatina disminución del tejido muscular -en 1970 se sometería a una cirugía-, lo sumirían en un complejo proceso de inestabilidad profesional y personal que con tino los medios así lo dejarían entrever.
En noviembre 1961, versionaría Come Rain Or Come Shine de Harold Arlen y Johnny Mercer (la cantaría por primera vez en radio hacia 1946). Toda una belleza enriquecida por unos de los arreglos más importantes del productor discográfico Don Costa...
En 1965 grabaría una suerte de simulacro autobiográfico con el tema It Was A Very Good Year de Ervin Drake. Por esta melodía, el álbum Septiembre de mis años sería el más demandado por mucho tiempo.
En diciembre de 1968, sonaría My Way de Paul Anka. Aborrecida por Sinatra en virtud de su melancólico mensaje, se tornaría irónicamente en una de las piezas más sabrosas y reclamadas por la gente, a la vez que copiadas por el mismísimo firmamento musical.
En 1969, Love's Been Good to Me del poeta y compositor Rod McKuen. Recitada a modo de tributo hacia este, alcanzaría el 8° lugar en las listas británicas pese a su pálida comercialización.
En julio de 1972, y como ya le ocurriera a finales de 1963 y en febrero de 1970, abrocharía un capítulo más en su saga de divergencias con la justicia. Se vería forzado a declarar ante una comisión investigadora por la influencia del crimen organizado sobre los deportes y las carreras de caballos, para así esclarecer sus nexos con la mafia. Aunque tales enlaces existirían, nunca podría demostrarse su involucramiento en algún tipo de actividad ilegal. En definitiva, su ligazón con estas estructuras se debería a su propio impulso como cantante, gracias al cual chocaría con algunos de los personajes que administraban las salas y clubes nocturnos más opulentos del país.
En 1979, vendría la celebérrima New York, New York de John Kander y Fred Ebb. Empeñado en que se erigiese en el himno de la metrópoli que tanto quería, la cantaría originalmente en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York para un evento benéfico.
En comparación con los anteriores períodos, como resultado de la variedad de estilos ensayados, su estadio en Reprise comprendería la heterogeneidad de álbumes y juicios. Por un lado, del remozado paladar del consumidor Sinatra entrelazaría de alguna manera lo añejo de la orquestación swing con el pop vigente. Por el otro, plantearía una serie de discos con la esencia de Capitol. Por ejemplo: I Remember Tommy (1961), All Alone (1962)... Por último, discos en los que experimentaría, es decir, fuera de toda moda y tradición: Moonlight Sinatra (1966), Watertown (1970), Trilogy: Past Present Future (1980).
Pantalla grande
Con la llegada en los años 40 del ascenso y el prestigio, se despertaría en Sinatra una inclinación que iría creciendo vertiginosamente: la actuación. Sin embargo, la incursión en el cine cargaría objeciones. Su tendencia a inmiscuirse en política y la agitada vida sentimental, profundizada progresivamente, le contaminarían momentáneamente ese idilio con el público. Según el periodismo, la imagen del hombre felizmente casado y devoto a la familia se corrompía por los affairs amorosos. A pesar de ello, el apoyo que la propia industria fílmica le brindaría, sobre todo en sus instancias más crudas, sería mayúsculo. En el aspecto técnico, Sinatra se manejaría con intensidad e intuición dramática, pero sin ocultar su renuencia para con los ensayos y repeticiones habituales de grabación, lesionando con ello su actitud y regularidad.
Acreedora de más de 30 millones de dólares en utilidades, en 2002 la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos valoraría a De aquí a la eternidad como "cultural, histórica y estéticamente significativa".
Desempeñaría un protagónico en De repente -intriga negra de 1954-, y alternaría estelares papeles dramáticos con musicales: Ellos y ellas, con Marlon Brando -musical de 1955-; El hombre del brazo de oro, de 1955 -en este drama los Óscar lo nominarían como mejor actor-; Alta sociedad, con Bing Crosby y Grace Kelly -comedia romántica y musical por la que Frank Sinatra percibiría 250 mil dólares y la cinta, de violenta trascendencia, más de 13 millones-.
Ochenta y noventa
Los años 80 y 90 se destacarían por la operatividad de Sinatra en cuanto a funciones se refiere. El de enero de 1980, en el estadio Maracaná y ante 175 mil almas, de los más recordados.
Cooperaría en la campaña presidencial de Ronald Reagan. Por él, se recolectarían más de 250 mil dólares. Para la asunción de Reagan, en enero de 1981, se lo nombraría embajador de la gala en el Capitol Center de Maryland.
En agosto de 1981, con la mediación del músico, actor y político Palito Ortega, quien desembolsaría más de 1 millón y medio de dólares, Argentina le abriría sus puertas por diez días. Se realizarían dos recitales en el Luna Park con una concurrencia cercana a los 20 mil asistentes por noche. Previamente, tres cena-show en el Salón Libertador del Hotel Sheraton.
De 1990 a 1991, escoltado por Steve Lawrence y Eydie Gormé celebraría sus cincuenta años en la música con una gira...
En otro orden, fuertes señales de fragilidad harían eco en su organismo. Deficiencia en la memoria y unas cataratas mal curadas -impediría que viera y leyera con corrección- evidenciarían toda una realidad.
De 1991 a 1994, desplegaría un extraordinario programa de tours. Los adeptos, leales a una rutina, agotarían las localidades. De acuerdo a Forbes, para 1991 su fortuna trepaba los 26 millones de dólares. En 1993 saldría el álbum Duets, trece clásicos con estrellas del rock y pop como Bono de U-2, Julio Iglesias, Liza Minnelli y demás, cuyas partes pregrabarían para complementar con las de Sinatra...Vendería solo en Estados Unidos más de 3 millones de copias, alcanzando el número 2 en la lista de álbumes de Billboard. En 1994, su último álbum de estudio: Duets II. Un disco de poco tráfico comercial, aunque ganaría en 1995 el Premio Grammy a la mejor interpretación vocal pop tradicional. Como su predecesor, también intervendrían artistas de varios géneros.
El 25 de febrero de ese 1995, exhibiría el concierto final. Acudirían mil doscientas personas al Desert Springs Resort & Spa del Hotel Marriot, Estados Unidos. The Best Is Yet To Come de Cy Coleman, la canción que escogería para esas fechas y con la que bajaría el telón.
En noviembre de 1996, ingresaría de urgencia a un nosocomio de Los Ángeles; peripecia que se duplicaría para enero de 1997. En abril, el Congreso le ofrendaría la Medalla de Oro.
Un 14 de mayo de 1998, a los 82 años fallecería la Voz del jazz, la más prominente del siglo pasado, de un ataque al corazón. Se despediría de esta Tierra con un legado de más de 1300 canciones, -muchas de ellas basadas en las composiciones de músicos ilustres del peso de Jimmy Van Heusen, Cole Porter, Sammy Cahn, George Gershwin, etc.-, un Óscar, diez Premios Grammy, cuatro Globo de Oro, y una acumulación patrimonial estimada en los 200 millones derivados de las productoras de cine y televisión, discográficas, casinos, acciones en radios e inversiones inmobiliarias.
Núcleo privado
Otra de las facetas que Frank Sinatra desarrollaría con ahínco en toda su vida sería el gusto por las mujeres. Cuatro esposas estarían a su lado desde 1939 en adelante.
La inaugural, Nancy Barbato, con quien tendría tres hijos -Nancy Sinatra, Frank Sinatra Junior y Tina Sinatra-. La segunda, la actriz Ava Gardner, la amante y principal razón en la ruptura con Nancy. Unidos en matrimonio un 7 de noviembre de 1951, convivirían con numerosas peleas y reconciliaciones. Sinatra sufriría al menos tres intentos de suicidio. Ava, por su parte, abortaría en tres ocasiones. Se divorciarían en 1953. Tras ello, Sinatra hallaría consuelo en la modelo y actriz Marylin Monroe, quien por un tiempo viviría con el músico.
El 8 de diciembre de 1963, tres individuos raptarían a su hijo Frank. La odisea, que duraría cincuenta y cuatro horas, se resolvería debido a disputas emergidas entre los raptores, detenidos a los dos días. Para 1964, en plena filmación, se enamoraría de la actriz Mia Farrow de 19 años. Oficialmente casados el 19 de julio de 1966, sellarían el cese en 1968. En 1972, trabaría romance con la modelo Barbara Marx. La desposaría el 11 de julio de 1976. La sociedad se prolongaría hasta el deceso de la leyenda.
Más reconocimientos
Premio Humanitario Jean Hersholt, 1971. Medalla de Honor del Estado de Israel, 1972. Ciudadano honorario de Chicago, 1975. Gran Oficial de la Orden del Mérito de la República Italiana, 1979. Integrante de la Big Band y el Salón de la Fama del Jazz, 1980. Medalla de Honor del Centro Kennedy para las Artes Escénicas, 1983. Doctorado Honoris Causa en Bellas Artes, 1984. Medalla Presidencial de la Libertad, 1985. Premio a la Trayectoria de la Sociedad de Cantantes, 1990. Medalla de Oro del Congreso, 1998. Mejor voz del siglo XX para la BBC Radio 2, 2001. Inscrito en el Salón de la Fama de Nueva Jersey, 2008. Uno de los 33 artistas en ostentar tres estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood, etc.